En unos cuantos días que el año nuevo empiece, iniciará de manera espontánea un torrencial de imágenes y publicaciones en redes sociales sobre el tren maya, una de las obras más importantes del sexenio y de las más trascendentales en las últimas décadas, su relevancia tiene que ver con su conectividad turística, el sureste mexicano es a nivel mundial uno de los destinos más visitados por el turismo internacional, lo cual traerá una significativa derrama económica para toda esa región que durante décadas ha sido saqueada y desatendida por los gobiernos neoliberales, a pesar de su riqueza cultural, de recursos naturales, los niveles de desigualdad social son muy considerables, la pobreza extrema no corresponde a los niveles de civilización de la humanidad.
El tren maya traerá consigo impulso a la economía, en cada una de las veintiún estaciones se instalarán comercios, hoteles, restaurantes, transporte, artesanías y todo lo que implica derrama económica en diferentes ciudades y comunidades de los estados de Chiapas, Campeche, Tabasco, Yucatán y Quintana Roo, en donde los habitantes de cada lugar tendrán oportunidades de desarrollo económico como nunca en la historia de esa región, se estima que en corto plazo, es decir de cinco a diez años éstas zonas en torno a las estaciones del trena maya tendrán un desarrollo estratégico de urbanización y conectividad lo cual implicaría elevar la calidad de vida de las familias en la región.
En las sociedades como en las familias siempre hay personas y grupos vulnerables, en México la región del sureste ha sido la más perjudicada durante siglos en las diferentes etapas de la historia la constante ha sido el rezago y la pobreza, la falta de vías de comunicación, de infraestructura para la seguridad social, llámese escuelas a todos sus niveles y en el sector de la salud un precaria y casi ausente atención, las políticas públicas en la época moderna siempre fueron escatimadas a la región que abarca varias entidades y todas son de alta densidad poblacional, es decir, se les arrebató a millones de mexicanos durante muchas generaciones las oportunidades de desarrollo humano en toda esa región.
Andrés Manuel López Obrador como dirigente partidista y como líder de un movimiento político y social quizá en la actualidad el más grande del mundo por su nivel de participación de individuos, recorrió a ras de suelo cada municipio de todo el país, en particular del sureste que conoce perfectamente, trae el pulso como ningún otro político o gobernante, trae bien estudiado el impacto económico y social de la mega obra del tren maya, no necesitará ninguna publicidad del gobierno para que se dé a conocer en todo el mundo la majestuosidad de los lugares por los cuales se transitara en dicho tren, se desbordará la difusión y propaganda que harán los usuarios y una vez más se revertirá a aquellos críticos y retractores su campaña de odio contra la obra en particular pero contra todo el gobierno como habitualmente lo hacen.
El tren maya tendrá también otros impactos, el político y electoral, la oposición sigue en su irracionalidad descalificando todo lo que haga el gobierno y el presidente, para ellos todo es una catástrofe, y la percepción social es totalmente diferente, es positiva y evidentemente la posición política y partidista de quienes descalifican genera reducción electoral, más de lo que ya se han achicado; es de lo que no terminan de entender, que su discurso de odio y de calumnias los aísla electoralmente cada vez más, están en agonía política y siguen actuando sin reconocer que todo lo que hacen incentiva su auto exterminio, no son capaces de reconocer o tener la mínima empatía para una sola acción de gobierno o del presidente que tiene una gran aceptación y respaldo social, siguen pensando que pueden contagiar el odio a la ciudadanía y así con ello ganar la elección y recuperar el poder y privilegios que perdieron.