Necaxa, Santos y Querétaro… Con boleto casi asegurado para la Liguilla a falta de 5 y 6 juegos todavía para que termine la fase regular del torneo… ¿Quién lo hubiera podido asegurar al inicio de esta temporada?
Lo que paradójicamente no puede afirmarse es que alguno de estos tres equipos realmente pueda ser considerado favorito para quedarse con el título… Sobre todo cuando el campeón vigente, los Tigres, empieza a reaccionar. Y cuando precisamente uno de los triunfos que dan fe de esto es la goleada que le propinaron el sábado pasado precisamente a uno de los tres punteros, el Santos.
Pareciera que falta mucho torneo y que todo está abierto. Pareciera que no solo equipos como Tigres, sino el León, el Pachuca y hasta el mismo América (pese a la histórica goleada que sufrieron ante el Cruz Azul), son una real amenaza a los actuales punteros.
Tras el asueto obligado por la Fecha FIFA, la Liga BBVA va a vivir un cierre de verdad interesante. Equipos como Pumas y Cruz Azul tendrán que demostrar que realmente tienen la fuerza para poder disputar el título. En una de esas Atlas, Xolos de Tijuana y San Luis se prenden y logran dar el salto que espera su afición… Y, por supuesto, habrá mucha presión para las Chivas que ahora comanda Luis Fernando Tena. Y muchísima atención para los Rayados del Monterrey que son el gran fiasco del torneo.
Lo interesante del campeonato, más allá del desenlace final, es la capacidad que han tenido equipos considerados chicos o de mediano potencial para desafiar a los poderosos. Esto, que habría sido considerado siempre como una virtud del futbol profesional mexicano, había sido borrado un tanto en los últimos años.
Es un mensaje central y diáfano para directivas de equipos como el Monterrey, el Cruz Azul y las mismas Chivas, de que un proyecto deportivo exitoso no solo requiere dinero.