Esta máxima de que un campeonato o un título en el futbol es producto de un proyecto a largo plazo, no necesariamente aplica en la Liga Mx.
Si uno revisa los últimos tres equipos campeones se puede documentar esto con precisión. El Cruz Azul dirigido por el peruano Juan Reynoso y el bicampeonato obtenido por el Atlas comandado por el argentino Diego Cocca no fueron producto precisamente de un ejercicio de continuidad ni siquiera a mediano plazo.
Casi llegando estos dos directores técnicos, de la mano por supuesto de un buen presupuesto y buenos jugadores, se alzaron con las respectivas coronas, mismas que se les había negado a las dos instituciones deportivas durante largos y penosos años.
Algo así sucederá entre este jueves y el próximo domingo con la Final que protagonizarán el Toluca y el Pachuca. Ni Ignacio Ambriz, ni Guillermo Almada, pueden presumir de estancias largas en las que hayan podido trabajar en la formación de modelos y criterios.
¿Qué es lo que lleva entonces a los equipos al campeonato? Son tantas las razones y son tantos los factores que hacen imposible patentar una fórmula del éxito.
Pero sin duda el elemento “talento” debe estar presente. Nada bueno se consigue en el futbol sin jugadores brillantes, sean jóvenes o experimentados. Tampoco nada que valga la pena se obtiene sin “disciplina”, por supuesto en cada una de las áreas que componen un plantel profesional.
Luego viene el factor ligado a la “estrategia”. Los caminos y procedimientos para hacer daño al rival en turno, para potenciar las virtudes y disminuir los defectos del propio plantel. Aquí los buenos entrenadores lucen, los que son estudiosos, los que están bien preparados, los que saben liderar un vestuario y obtener lo mejor de cada jugador.
Algunos directivos que realmente le saben a esto, que viven el día a día de forma intensa y real, coinciden en decirme que es campeón del futbol mexicano el equipo con mejor vestidor, entendiendo por esto, el equipo mejor mentalizado, unido y motivado.
Rafael Ocampo
Twitter: @rocampo