Que Lionel Messi vaya a jugar dentro de unas pocas semanas en la MLS, con el Inter de Miami, no puede ser leído en México más que como una gran noticia.
Hace tiempo que el futbol mexicano ha tenido que asumir un rol secundario en el mercado de pases en las Ligas del continente. En México no hay más dinero que en los Estados Unidos. Ni lo habrá. Los grandes patrocinios y las grandes audiencias ligadas al futbol profesional están en nuestro país vecino.
Es por esto que el plan de trabajo que se ejecuta ya, que acerca de manera formal a la MLS y a la Liga Mx, es lo correcto y debe profundizarse todavía más.
La llamada Leagues Cup que se jugará en unas cuantas semanas es un primer gran ensayo de lo que debería de ser una gran competencia binacional en los próximos años.
No solo debemos hacernos a la idea, con una especie de resignación fingida o auténtica, la unión entre las Ligas profesionales de futbol de los Estados Unidos. Creo que debemos de ver con un enorme entusiasmo, medido e inteligente, esto que viene.
Si se mantiene la Leagues Cup como concepto competitivo bien podemos imaginar que en los próximos diez años (por ponerle un plazo), más que un torneo de un mes (como será en esta edición 2023) bien podríamos estar hablando de torneos largos de distintas manufacturas.
¿Y por qué no? Trabajar para una integración absoluta a futuro.
Es muy complicado que se generen personajes y proyectos de talante realmente revolucionarios. Pero es lo que se requiere para, de forma responsable e informada, plantearse un futuro mucho mejor en todos los ámbitos. La MLS crece y crece de forma muy ordenada. La Liga Mx no, parece estancada en el rubro de los empresarios dispuestos a invertir en ella. Pero a la MLS le hacen falta cosas que la Liga Mx tiene. Así que a complementarse y a trabajar sin miedo a la unión.
