Pese a poder presumir en su corta carrera como entrenador de las Chivas de un subcampeonato, el serbio Veljko Paunovic se encuentra muy cuestionado tras la humillante derrota que sufrió al lado de sus dirigidos en el Clásico Nacional el pasado sábado por la noche.
El 4-0 que le endilgaron las Águilas del América a los rojiblancos ilustra de forma nítida las carencias del único equipo que ha decidido jugar con puros mexicanos.
Es verdad que los americanistas exhiben un nivel superlativo, con una efectividad en los disparos desde fuera del área, con balón en movimiento, que dan miedo. Pero a este mismo equipo, con este maravilloso recurso, el débil Cruz Azul le dio una gran pelea apenas dos semanas atrás. Muchos expertos dijeron inclusive que La Máquina Celeste mereció ganar ese duelo y no perderlo 3-2.
Así que algo no anda bien en las Chivas.
Por lo pronto, el máximo responsable de lo deportivo, el español Fernando Hierro, ha salido a respaldar a su director técnico. Y esta decisión me parece correcta. No soy de los que creen que la mejor solución para un equipo en crisis sea despedir de forma automática a su entrenador. Pero Hierro, Paunovic y las principales figuras de este plantel deberían de hacer una autocrítica explícita y detallada.
Empezaron este campeonato ganando sus tres primeros partidos. Luego fracasaron de forma rotunda en la Leagues Cup que enfrentó a los equipos de la Liga Mx con los de la MLS. Y ahora se desinflaron ante el rival con el que no pueden mostrar flaquezas nunca.
Las Chivas repatriaron a Érick Gutiérrez del futbol holandés, pero éste no pesa, no parece tratarse del mismo mediocampista que marcó diferencias hace algunos años con el Pachuca. Tampoco aparece la gran figura de este plantel, Alexis Vega… El único que se muestra a nivel sobresaliente es Roberto El Piojo Alvarado, pero está muy solo y nadie gana solo los partidos.
La defensiva hizo agua para completar el cuadro preocupante. Creo que el encanto de Paunovic de meses atrás no volverá.
