De toda la obra de Dostoyevski hay un parágrafo que me tomó mucho esfuerzo leer, no por ser difícil, sino por ser terrible: cuando en Los hermanos Karamázov expone el sufrimiento de los inocentes como algo incompatible con la existencia de Dios. Y es que ningún sufrimiento es tan terrible como aquel que se inflige a un ser por un lado inocente y por otro, incapaz de defenderse. Por eso, el sufrimiento infligido a los niños y a los animales es el más incomprensible de todos.
En días recientes las redes sociales informaron que Roberto Cedeño Neri, habitante de Cuernavaca, Morelos, mató a golpes a su perrita. Una mujer trató de salvarla, pero en el camino al hospital murió por la golpiza. La noticia causó impacto porque es la viva imagen del abuso, la injusticia y la cobardía.
Sabemos que hay niños que mueren en las guerras; sabemos que hay niños que mueren en migraciones. Pero algo tan cobarde y absurdo como tomar un palo y matar a una mascota, saca de su quicio a cualquiera con una pizca de sensibilidad. Ningún animal llevaría a cabo un acto como este: matar a golpes a un inocente.
Los vecinos de la colonia Lázaro Cárdenas decidieron no quedarse callados y denunciaron el hecho. El joven fue detenido y el juez Natanael Subdias Aguilar optó por imponer como pena, la entrega de cuatro bultos de comida para perros: es un insulto. En redes sociales el hastag #justiciaparabailey se hizo viral y ahora todos estamos a la espera de saber qué deciden hacer los responsables de la ley en Morelos.
El sufrimiento, el horror en el que murió Bailey, me duele y me persigue: me enferma. Fue un ser humano quien hizo esto. Un ser humano que como tal, tiene la posibilidad de amar la vida, mató a palazos a un pequeño animal. Como humanos tenemos una deuda terrible con los animales. La muerte de Bailey me enferma porque es el vivo ejemplo de la insensibilidad a la que puede llegar un ser humano: ningún otro animal haría algo así.
Este tipo de abuso, crueldad y cobardía no puede quedar impune: es una vergüenza para Morelos, para nuestro país y para la humanidad.