Si existe una palabra clave que pueda definir el estado mental de un enfermo esquizofrénico es: Confusión.
Es decir, estos pacientes no logran distinguir el pasado del presente; no separan la información.
No logran distinguir entre el pájaro que vuela y el árbol en que anida; o las personas que deambulan y los vehículos que transitan por el periférico.
Ambas escenas forman una sola, una masa uniforme en el que pájaro y árbol, gente y vehículos se con-funden.
Se mezclan los olores con los sabores. De tal forma que el enfermo no puede distinguir lo que soñó con la realidad.
La realidad se torna incomprensible o alucinatoria.
Por momentos esto sucede en cualquier persona cuando está sujeta a un estrés intenso, o a muchas horas de insomnio; en estas circunstancias la realidad parece una amenaza y brotan episodios paranoicos o fóbicos.
El cerebro del paciente esquizofrénico tiene lesiones en la zona o corteza prefrontal que les hace percibir la realidad como algo alucinatorio; confunden personas u objetos soñados con personas y objetos reales; confunden lo que soñaron con lo que están viviendo ahora.
Por ejemplo, para un esquizofrénico todos los árboles son muy bellos, si no fuera por su manera grosera de hablar.
En situaciones de tensión, se pueden desencadenar fenómenos de delirio que suelen acompañar al paciente toda la vida.
La psicoterapia y tratamiento médico logran atenuar esta sintomatología o delirios acompañados de agresividad.
Existen casos notables en donde el paciente logra mantener a raya esa percepción confusa; y con gran esfuerzo separa la realidad de lo irreal y fantasía. John Nash, que fue galardonado con el premio Nobel, sufría de esquizofrenia; fue tratado con antipsicóticos y psicoterapia de tal forma que logró llevar una vida más o menos equilibrada, separando de su mente lo real de lo ficticio. Su vida fue llevada a la pantalla en la película Una Mente Brillante, protagonizada por el actor Russell Crowe.
Curiosamente, esta película tiene grandes dosis de ficción; porque la realidad de su recuperación en gran parte estuvo cimentada en el apoyo de su esposa Alicia Larde que dijo: Es clave “Amar a la persona y separarla de la enfermedad”.