El proceso de envejecimiento natural o normal está relacionado con la aparición de enfermedades.
De ahí que muchas de las actividades y conductas del ser humano estén orientadas a retrasar la vejez.
Obvio que la vejez es inevitable y por tanto su compañera inseparable aparecerá tarde o temprano, manifestándose como enfermedad.
No hace mucho tiempo, los pacientes mayores de 70 años eran considerados “poco aptos” para recibir una atención médica completa; basados en su poca capacidad de recuperación al sufrir una enfermedad aguda grave o descontrol de una patología crónica. La argumentación médica era la “Poca reserva orgánica”.
Esto quiere decir que los pacientes mayores de 60 años, en general, (hay excepciones notables) cursan con una función de sus órganos al límite; y por lo tanto, cualquier afectación agregada termina por deteriorarlos aun más.
Pensemos por ejemplo en hipertensión arterial o diabetes mellitus, enfermedades clásicas que abundan por todo el mundo y que están vinculadas con obesidad y una falta de ejercicio de casi toda la vida.
Este grupo de personas suelen complicarse más fácilmente que aquellos que son jóvenes, sin diabetes ni presión alta.
Por eso cuando una persona mayor de edad necesita de algún tipo de operación quirúrgica, los médicos nos la pensamos dos veces antes de intervenir al enfermo; lo pensamos aun más si sufre de infartos previos, diabetes, obesidad e hipertensión.
Existen pacientes que tienen todos estos factores y el Riesgo Quirúrgico o de complicaciones y defunción es alto.
Es decir, la Co-Morbilidad es igual a las enfermedades con las que está cursando el paciente en el momento actual.
A mayor número de patologías, mayor co-morbilidad y mayores posibilidades de complicaciones y mortalidad.
Cualquier evento agudo puede desbalancear al paciente con patologías como cáncer, Sida, Epoc, Parkinson, Alzheimer.
Los factores agudos van desde una gripe complicada o mal tratada, hasta diarreas, tifoideas, fracturas, noches de insomnio y días de mal comer por mencionar algunas.
Los avances tecnológicos y científicos nos han hecho envejecer más lento y tardíamente; pero hay un precio que pagar por ello, se llama: Co-Morbilidad.