El inicio de un año y el mes de enero que, para algunos aficionados al futbol americano significa la temporada más atractiva con la llegada de los playoffs de la NFL, para quienes tienen problemas de apuestas se convierte en un tiempo de permanentes focos rojos.
Muchos ludópatas a quienes he tenido la oportunidad de acompañar y caminar a su lado en su recuperación, además de otras modalidades de juego, refieren que las apuestas deportivas son una de sus principales fuentes de consumo, dentro de las que destacan las relacionadas con el futbol americano.
He conocido casos extremos de ludópatas en recuperación que, en los inicios de su abstinencia y sus procesos, deben apartarse completamente de cualquier tipo de contacto con la NFL, incluyendo aplicaciones de resultados, exposición televisiva o de cualquier forma con los partidos y, por supuesto, convivencias sociales en donde el centro de la reunión sean los playoffs o incluso el Súper Tazón.
Los partidos en sí mismos representan un detonador para un ludópata que suele apostarles, lo cual es ya suficiente para abstenerse de consumirlos, a lo cual habría que agregar la gran cantidad de anuncios publicitarios de casas de apuesta en línea y la abundante oferta de bookers y organizadores de juegos digitales.
De hecho, existe un debate público sobre la necesidad de regular este tipo de publicidad, de manera preventiva, al igual que sucede con el alcohol y el tabaco, debido a los riesgos que su exceso representa para la salud mental de las personas.
Al igual que otras adicciones, para la gente que no las padece o no las conoce, este tipo de narrativas podrían parecerles exageradas, no así para quienes tienen la enfermedad o conviven con alguna persona que la tenga.
¿Cómo es posible qué algo que puede generar placer y entretenimiento pueda llegar a dañar a las personas? La respuesta, igual que en cualquier adicción, está en la explicación de la desprogramación neuronal que hace que la persona pierda el control y deje de diferenciar lo que es placer con lo que es destrucción. Como digo en muchas de mis conferencias para adictos o familiares, lo que un día fue placer se terminó convirtiendo en sufrimiento.
Por supuesto que disfrutar de la NFL es un gran placer para muchos de nosotros que representan momentos de entretenimiento y convivencia en torno a nuestros equipos preferidos, por lo que puede ser difícil ponerse en los zapatos de quienes perdieron el control de su forma de apostar y terminaron tocando fondo debido a esa enfermedad llamada ludopatía.
Igual pasa por ejemplo con el alcohol. Los que lo beben de manera funcional difícilmente alcanzan a entender a un alcohólico o a su enfermedad. La gran diferencia adicional con los jugadores patológicos es que, los síntomas son muy difíciles de detectarse a simple vista porque el infierno vive en la mente y en el interior de quienes los padecen.
Afortunadamente como para todas las adicciones, también para la ludopatía hay una solución y ésta pasa por informarse, recibir orientación y pedir ayuda para poder acceder a un tratamiento para su recuperación.
Disfrutemos la temporada final de la NFL, pero aprovechemos la época para hacer consciencia de que no todos la viven igual y que hay un grupo vulnerable que puede sufrir debido a que perdieron el control en su forma de apostar. Sobre todo este año que tiene un ingrediente más: el Súper Tazón se jugará en Las Vegas, la capital mundial de las apuestas y el juego.