Muchas veces lo he escrito, las tradiciones son eso, tradiciones, que muchas veces tienen que ver con fechas del calendario, con ciclos o con usos y costumbres que van pasando de generación en generación. Me parece que así nace la celebración del año nuevo con todo lo que significa y aunque estamos muy lejos de lo que fue el novel 2023 y aún falta un semestre para el 2024, podríamos desearnos mutuamente en estos días, feliz medio Año Nuevo.
Este fin de semana comenzó julio, séptimo mes del año, segundo semestre del calendario y llegamos justo a la mitad del 2023, lo cual nos lleva a hacer un balance de cómo vamos y a poder reafirmar o corregir de ahora a diciembre lo que establecimos como compromisos para estos 12 meses del ciclo anual.
¿Cómo fue nuestra primera mitad del año? ¿He cumplido la mayoría de las metas a las que me comprometí en enero? ¿Hay algunas que preferí borrarlas de la lista? ¿Algunas otrashan requerido ser adaptadas y modificadas por las circunstancias que se han presentado en nuestro camino? ¿Cómo enfrentaré el segundo semestre de este 2023? ¿Cómo me visualizo para finales de diciembre? ¿Cumpliré mis compromisos? ¿Estaré satisfecho? ¿Qué lecciones me dejará este periodo de mi vida? Estas y otras preguntas son algunas de las que podríamos respondernos cada uno, además de agradecer por lo vivido hasta ahora, como una manera de tomar nuevos bríos para mantenernos en nuestros objetivos.
Exclusivamente como una forma de compartir este ejercicio con el lector, tratando de hacerlo con total humildad y sin pretender ser centro de su atención, sino más bien de ser recíproco con las muestras de confianza hacia nuestro proyecto central de este año “Rendirse para triunfar: la alegría de vivir”, ejemplificaré sobre algunos de mis propios compromisos, invitándoles a hacerlo para cada uno, ahí en su lugar favorito de reflexión y meditación.
Comienzo por agradecer a Dios por mi vida, por mi salud, por mi familia, por mis proyectos, por nuestra provisión y por cada una de las bendiciones recibidas durante el primer semestre del año, aún cuando en ocasiones aparecieron con un empaque que quizás no era como yo esperaba.
Con relación a mis compromisos de 2023 puedo compartir que cumplí un nuevo semestre sin fumar, he seguido trabajando en los ayunos de pensamientos negativos, mi mayor logro ha sido el de tener una relación estrecha e íntima con Dios y, he sostenido mi meta de reducir el consumo de azúcares y alimentos procesados. En estos seis meses completé dos ciclos de cuerpo, mente y espíritu en equilibrio, con un total de 19 semanas de entrenamiento físico, meditaciones y dejarme formar en el discipulado cristiano.
Aún así, la vida no es miel sobre hojuelas. En mis análisis clínicos hay algunos indicadores que requieren tratamiento médico, normales, supongo, en la víspera de mis 56 años. En mi entorno inmediato hubo episodios como accidentes e incidentes que desde enero nos han hecho trabajar la fe, la paciencia y la confianza de que todo es perfecto.
Por todo ello y más debo sentirme agradecido, además de que ha sido un año de mucho crecimiento espiritual, humano y de reencuentro con mi ser. He tenido también la fortuna de acompañar a otros seres humanos en su camino hacia el despertar de la consciencia.
Con optimismo, confianza y certeza de que sigo firme en mis objetivos, deseo que usted, estimado lector, tenga un feliz medio Año Nuevo y se cumplan la mayoría de sus metas hacia el final de 2023.