Política

8M: violencia genera violencia

“Colectivas feministas protestan en Palacio de Gobierno y exigen justicia en Victoria” es un encabezado más acertado que los titulares difundidos sobre el 8M que banalizan la lucha por la igualdad: “Feministas incendian Palacio de Gobierno y grafitean monumentos en Victoria” o “Vandalizan mujeres y prenden fuego, al edificio de Gobierno”, los cuales describen como grafiti y vandalismo a las manifestaciones del 8M que, por primera vez, escalaron al prender fuego a la puerta de Palacio de Gobierno de la capital tamaulipeca.

Una expresión de rechazo a la tradición heredada y a las figuras que la representan que se denomina iconoclasia. No obstante, el argumento descalificador se centra en que la violencia genera violencia, una premisa totalmente cierta.

Según datos de “Incidencia delictiva del Fuero Común 2024” del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en México, se registraron 83 mil 913 delitos contra la libertad y la seguridad sexual; mientras que, en Tamaulipas, la cifra es de mil 667 carpetas de investigación iniciadas por denuncias de abuso sexual, acoso sexual, hostigamiento sexual, violación simple, violación equiparada, incestos, entre otros. Delitos que, históricamente, se han cometido en mayor proporción contra mujeres y niñas.

En cuanto a los delitos de violencia familiar, incumplimiento de pensión alimentaria y asistencia familiar, delitos de violencia de género en todas sus modalidades, entre otros, sumaron 325 mil 847 casos, a nivel nacional; en Tamaulipas, el registro fue de 10 mil 653, solo durante 2024.

En Ciudad Victoria, el pasado sábado 8 de marzo, bajo el techo de “El patinadero” escuchamos las denuncias de mujeres violadas, abusadas, humilladas y amenazadas de muerte, así como de amigas de víctimas de feminicidio. Una pequeñita de escasos siete años con identidad protegida denunció “Mi tío me hace cosas cuando mi mamá está dormida”, enseguida soltó el llanto.

A estos delitos se le suman otras violencias no denunciadas: los “piropos” vulgares y no permitidos, las nalgadas en la calle, masturbaciones públicas frente a mujeres y miradas al escote, todas conductas “normalizadas”, lo que muchos creen que “tenemos que aguantar”.

Si eres feminista y no te ves haciendo iconoclasia, tu postura es respetable; lo más probable es que vivas en el privilegio, sin conocer el dolor de una amiga o hermana violada, vendida, violentada, desfigurada con ácido, desaparecida o víctima de feminicidio.

El 8M marchamos y nos manifestamos en contra de las distintas violencias que vivimos mujeres y niñas. Atendemos el llamado de ONU Mujeres: ¡Ni un paso atrás! Avancemos para erradicar los feminicidios, desafiar estereotipos, dividir el trabajo de cuidados, garantizar la igualdad en la toma de decisiones y el acceso a oportunidades y construir un mundo donde las niñas crezcan con equidad y con referentes inspiradores para liderar.

Los derechos de las mujeres nunca han sido una concesión, siempre se han conquistado. Por lo anterior, ellas, las de las marchas, las llamadas anarquistas violentas, sí me representan. Ellas son el empuje para acabar con la mayor pandemia de la humanidad, la de la violencia contra las mujeres y las niñas que siempre generará violencia.


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Nohemí Argüello Sosa
  • Nohemí Argüello Sosa
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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