Cosas que aprendí de la primera infancia de mis hijos:
Parir en casa es maravilloso. El poder que se siente es impresionante.
El cordón no debe ser cortado de inmediato.
Aún si tienes parto por cesárea es recomendable esperar a que la sangre vuelva al bebé Lactar a libre demanda al bebé no sólo es lo natural sino que facilita la vida de las madres.
Dormir con el bebé es lo biológicamente necesario para bajar niveles de cortisol, lo cual genera mejor descanso en ambos.
Bañarse con el bebé en brazos relaja a ambas partes.
Los bebés no necesitan zapatos, gorros, manoplas, en climas cálidos ni calcetines, porque inhiben su capacidad de regular su temperatura corporal y el libre movimiento.
El libre movimiento es biológicamente necesario y se consigue (también) a través de la intuición de la díada y el porteo ergonómico a libre demanda.
El porteo ergonómico es una herramienta maravillosa que promueve el contacto y a través de él, la maduración fisiológica del bebé.
La alimentación libre de papillas no es otra cosa que la posibilidad de explorar texturas, formas y sabores, lo cual en un bebé que consume leche materna es más importante que la nutrición a través de los alimentos, por lo que será un excelente aliado.
Cuidar al bebé de la sobre estimulación es importante porque permite a su cerebro enfocarse en el aprendizaje y no en la inundación de cortisol por vivir sobreestimulado.
Por último, si tienes dudas sobre como vivir una crianza más en sintonía con los ritmos naturales del cuerpo y la biología mamífera, observa a los animales a tu alrededor o visualiza la cueva:
¿Que nos mantuvo vivos como especie en la época de las cavernas?
Exacto: acarrear bebés, alimentar cada que lo solicitaban, dormir con ellos, dejarlos explorar, integrarlos poco a poco a los ritmos sociales, etc.
Edito para agregar que este tipo de crianza suele ser un privilegio en este sistema capitalista patriarcal en el que los cuidados tienen un propósito más allá de resguardar la vida, y que siempre las decisiones de crianza de cada mamá serán las mejores según su contexto específico.
Yo comparto las que me sirvieron y que tuve el privilegio de poder ejercer.
Cuando el hombre debía protegerse de las fieras, era nómada, recolectaba, cazaba y dormía en las cavernas.
Imaginemos al recién nacido que llora de hambre. Pero alguien en la tribu dice a su madre que debe comer cada tres horas.
Aún no le toca, y el llanto es imparable.
La solución es obvia, ALIMENTAR porque es una necesidad y además porque si lo deja llorar... las fieras los devoran.
Recordemos que nuestros ancestros caminaban largas distancias. Aún después del parto, aún con bebé en brazos.
Adaptaban ramas, pieles y fibras del entorno para poder sostener por más tiempo el peso del bebé e ir más rápido, siguiendo a una presa... O evitando convertirse en una.
En los círculos de Porteo y Lactancia hablamos sobre cómo los humanos recién nacidos tienen su propio código biológico de supervivencia, que va acorde a lo que siglos y siglos de evolución ha registrado como útil.
Hablamos de como la lactancia materna, la crianza en brazos, el colecho, movimiento libre, la alimentación autodirigida y me atrevería a mencionar otras «técnicas» de Crianza, son, no modas; sino normas biológicas que han garantizado la supervivencia de nuestra especie a través del tiempo.
Nuestro bebé no sabe que ya no estamos en la cueva, por lo que a él respecta, el mundo es igual de amenazante si así fuera.
Reconectar nuestro instinto a través de las necesidades biológicas y emocionales de ese nuevo ser, es uno de los retos de amor y consciencia más fuertes que nos deja a la maternidad.