Política

Mágica herencia

Aquí caminamos con sombras que nos siguen, convivimos con objetos que se desplazan sin que nadie los toque y dejamos de calentar tortillas en los comales cuando la silueta de alguna mancha los catapulta al rango de milagro. Aquí, cada acto es una invocación. El Hado, que vive soñoliento, se despereza cada vez que nos mira desplazarnos o que nos escucha mencionar algo, porque de allí le vienen las ideas. Si contamos que hace un año nos repusimos de aquel resfriado terrible, alguien cerca nos hará señas inmediatas conminándonos al silencio o, por lo menos, a hablar más bajo; si no, podríamos estar retando al destino que, a fuerza de olvidarnos, nos había dado tregua como sujetos de desgracias. Y el asunto no es solo tercerizado: también tomamos precauciones para los daños que pudiéramos estar causando sin proponérnoslo. Así que lo mismo un coche que un bebe, un perro que unos aretes, cada vez que nuestra mirada se posa sobre algo que consideramos lindo, procedemos a tocarlo, y si el dueño del objeto, la madre de la criatura o el portador del adorno reacciona con incomodidad a nuestro toqueteo, nos apresuramos a aclarar que es para “no hacer ojo”, con lo que el manoseado no puede si no agradecernos la medida preventiva mientras continúa su camino pensando que aún hay gente buena.

En un mundo así, habitado por aluxes –que son consultados por el alto funcionariado para la realización de obra pública– que se entrecruzan con catrinas que ante la inminencia de la muerte apuestan por festejarla con baile y maquillaje, podemos imaginar las dificultades para decidirse a hacer un testamento.

Nada parece más claro que la calidad de blanco fácil para las tragedias mortales que el pobre infeliz que aquel malhadado día decidió ir a manifestar su última voluntad ante un notario. Desde nuestra perspectiva, nadie en su sano juicio tomaría una decisión así: seguramente algún ángel lo motivó en sueños a ser previsor.

No es pues de extrañar, pero sí de lamentar, que apenas cinco por ciento de la población cuente con un testamento. Todos heredamos: algunos, bienes; otros, problemas. Optemos por ser de los primeros y aprovechemos los pocos días que le quedan a éste, el mes del testamento.

Politóloga* 

[email protected]


Google news logo
Síguenos en
Miriam Hinojosa Dieck
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.