En las últimas semanas, a través de las redes sociales, conocí a un niño al que llaman Iker El Millonario, quien se hizo viral por su simpatía natural al responder que ya no podía echarse maromas porque estaba “muy goldo”.
Su forma de hablar causó mucha gracia y fue tanta su fama que recibió el reconocimiento de YouTube y otras plataformas digitales. Es un niño, como muchos en Nuevo León que evidentemente tienen obesidad y sobrepeso.
Aunque no me sorprende del todo, me llamó la atención que la secretaria estatal de Salud, Alma Rosa Marroquín, diera a conocer que Nuevo León ocupa el primer lugar mundial en casos de obesidad infantil.
En entrevista con mis compañeros Gladys Zavaleta y Luis Carlos Ortiz, para Telediario Radio, dijo que más de 60 por ciento de los menores de edad en el estado sufre de sobrepeso u obesidad, y según sus propias palabras es “una cifra terrible”.
Lo peor del tema es que este fenómeno se veía venir desde hace muchos años. En el 2014, un estudio publicado por la Revista Médica del IMSS arrojó que la prevalencia de sobrepeso y obesidad en todo el grupo fue de 45.5% en los mil 624 niños de 0 a 14 años (15.5%, sobrepeso; 29.9%, obesidad).
Se encontró que en el segmento de los menores las cifras fueron de las más altas a nivel nacional, pues entre ambas comorbilidades sumaron poco más del 45%. La obesidad fue dos a uno mayor al sobrepeso y casi 10% mayor en hombres que en mujeres.
Para el 2018, el Inegi realizó otra encuesta donde entre otras cosas dio a conocer que la obesidad y sobrepeso en niños de 5 a 11 años a nivel nacional llega a niveles del 38 por ciento entre ambas, lo cual significa que el problema sigue al alza.
Lo que dio a conocer la doctora Marroquín son cifras alarmantes, en una entidad donde es evidente que los hábitos de alimentación no son los mejores, y que la situación pudo haber empeorado durante la pandemia.
Hace algunas décadas, ser robusto era señal de bienestar, y por el contrario se veía a los niños delgados como desnutridos y mal alimentados. En la actualidad eso ha ido cambiando y ya existe preocupación por mantener la salud física de nuestros hijos.
El hecho de que las autoridades de Salud en el estado informen de manera puntual, habla de que tienen bien identificado el fenómeno, pero eso no es suficiente. Lo realmente importante es conocer si tienen un plan para combatirlo, pues de lo contrario, en el futuro se convertirá en una pandemia tan grave como la que estamos enfrentando.
Miguel Ángel Vargas