Cuantos libros me recomendó Enrique, cuantas anécdotas me platicó y cuantas historias compartimos.
Desde la Ibero Laguna hicimos ¨Papeles de Familia¨ con el apoyo de Antonio Saborit en ese entonces director de Estudios Históricos del INAH y como directora del Archivo se formó una biblioteca de historia de México pero con énfasis en historia regional.
Lo conocí por Vicente Quirate hace casi 25 años.
Nos hicimos amigos y le pedí que todo lo que le llegara de la Comarca Lagunera se lo comprábamos para La Ibero y los libros llegaron.
Unas joyitas que hoy disfrutan los alumnos e investigadores de Torreón.
Cuando murió su hijo, a Enrique no lo calentaba el sol.
Lo invite a mi casa a él y a Esther Acevedo su esposa.
En Torreón tenía un primo el Lic. Federico O´Relly Castilla, así que acepto mi invitación.
Deseaba desconectarse de la Ciudad de México.
Después de unos años presentó mi libro Páramo de espejos en Saltillo, su tierra nos acompañaron Javier Villarreal Lozano, Roberto Orozco Melo y Miguel Ángel Porrúa.
En su casa la Librería Madero encontré varias veces a Adolfo Castañón.
Me acuerdo que una vez que iba a venir Adolfo a Torreón le hable a Enrique para preguntarle que comida le gustaba.
Y me dijo… una buena sopa de fideo.
En su librería en la calle Madero y luego en Isabel la Católica encontraba además de libros, consejos, nombres de investigadores y mas. Uff Enrique te vamos a extrañar.
El siguiente texto lo escribí en el 2012.
Un laurel para Enrique Fuentes Castilla y la Librería Madero
“Para la librería Madero, que vive en mis recuerdos de juventud
y hoy también por fortuna”.
Fernando del Paso
Enrique Fuentes Castilla encontró su oficio: ser librero y ese oficio lo convirtió en un arte; qué placer ir a la librería Madero y conversar con Enrique, hombre erudito, preguntarle por algún libro difícil de encontrar y él no sabemos como, pero lo busca en un laberinto de relaciones y de su propia librería para darnos el gusto de entregarnos el ejemplar; no nada más eso, sino que recomienda otros textos que nos pueden servir para la investigación que estamos llevando a cabo o para la biblioteca que estamos formando.
En la pequeña librería Madero (en espacio) pero gigante por el contenido de libros.; se puede encontrar: primeras ediciones, incunables, catálogos, revistas especializadas, libros raros, libros regionales tan difíciles de conseguir y novedades. La especialidad de la librería es historia y literatura.
Enrique encontró el equilibrio en su librería que contiene de todo, principalmente esos libros selectos y queridos de los que aman la palabra escrita.
En la Librería Madero era frecuente encontrarte con historiadores como: Hugh Thomas, Arturo Pérez Reverte, Antonio Saborit, Salvador Rueda; historiadores del arte como Esther Acevedo, su esposa, creadores como Vicente Rojo, Carmen Parra, escritores como Adolfo Castañón por nombrar algunos y muchos otros amigos que encontraban en Enrique no sólo al gran promotor del libro, sino al amigo generoso que hacía lo imposible por encontrar el ejemplar que buscaban. Antonio Calera-Grobet lo describe así “Dígale al señor que fuma en el mostrador lo que busca. E
l que tiene cara de conquistador y sabelotodo.
Le sonreirá abiertamente.
No se espante: ya hizo el viaje y recuerde que al final de cuentas usted es todo lo que consume.
Ese señor de barbas blancas, así como lo ve, es definitivamente el mejor en su ramo y cuenta con un extenso y selecto catálogo de lo que usted necesita”.
El libro: Antigua Madero Librería:
El Arte de un oficio, Enrique Fuentes Castilla. Edición homenaje. (2012) presentado en Bellas Artes es un reconocimiento a Enrique por su labor de librero y un acto de amor de su hija Andrea y de su hermosa compañera Esther Acevedo.
Por si mismo este libro es una joya editorial.
El concepto, dirección editorial y de arte estuvo a cargo de Andrea Fuentes y Alejandro Cruz enriquecido con textos de Adolfo Castañón, Jorge F. Hernández, y del mismo Enrique, con obra grafica de: Carlos Aguirre, Felipe Ehrenberg, Carmen Parra y Rodrigo Téllez, con testimonios de José María Espinaza, Jordi Espresate, y de muchos otros amigos de Enrique que le quieren y le reconocen su oficio de “librero”, del hombre generoso que ayuda, que instruye, que tiende puentes para que otros construyan la historia, la filosofía, la literatura y el arte de México con nuevas investigaciones.
La librería Madero se encontraba en Madero 12, fundada en 1948 por el emigrante español Tomás Espresate : este lugar fue un punto de reunión de los intelectuales españoles que vivían en México debido a la guerra civil Española.
En ese local presentaron sus libros o conferencias León Felipe, Octavio Paz y muchos otros intelectuales que son pilares de la Cultura en México.
En este año 2012, la librería cambia de espacio, sigue en el centro de la ciudad de México; hoy, su nueva casa se encuentra en la calle Isabel la Católica 97 esquina con San Jerónimo en una casona del siglo XVII conocida como Mesón de la Acequia; en ella nació el historiador Daniel Cosió Villegas el 10 de marzo de 1898.
En palabras de Enrique “ésta es la Acequia , un ámbito muy acogedor, muy propio. Seguirá siendo una librería…”.
Por fortuna como bien lo señala Fernando del Paso sigue la Librería Madero, por fortuna Enrique Fuentes Castilla sigue al frente de ella, por fortuna los que amamos los libros tenemos ese refugio que nos brinda la palabra escrita en una acequia; fuente abundante de agua y de sabiduría para abrevar en ese universo que representa la torre de Babel de la cultura universal.