Política

Una escuela para la formación de ciudadanos

  • Columna de María Doris Hernández Ochoa
  • Una escuela para la formación de ciudadanos
  • María Doris Hernández Ochoa

Uno de los grandes vacíos en la formación humana es el que se refiere a que no existe preparación para ejercer el carácter de ciudadano.

En los países totalitarios no hay lugar para esta materia formativa, porque el sistema que impera no deja opciones al desconocer a partidos o grupos políticos que no estén alineados con el poder; y aquellos que lo desafían son perseguidos, marginados, encarcelados o simplemente eliminados.

Sin embargo, el desarrollarse el sistema democrático que nació en Grecia en el llamado Siglo de Pericles por medio del cual era apreciada la participación de las personas en asuntos públicos, porque era un deber la participación e involucramiento en la solución de los problemas de la ciudad; quienes renunciaban a ese derechos, se quedaban en casa o le daban la espalda a la participación, les decían idiotas.

La democracia ha exigido un arduo proceso de construcción, un entramado de procesos institucionales normativos y culturales para hacer realidad los valores que entraña, como lo es la participación activa, perteneciendo o no a un partido político.

La creación y reconocimiento a la existencia de partidos cuyo proyecto es la búsqueda del poder, la alternancia, el tener representatividad gracias al apoyo electoral, no es siempre una escuela de formación política, sino la búsqueda del poder en sí.

La mejor prueba en afirmar la carencia de esa clase de formación es que muchos de quienes llegan a ocupar cargos cometen muchos errores, actuando incluso contra las mismas normas y lineamientos que estructuran y le dan forma y sentido a la vida pública.

Sin base ni formación en democracia no es posible respetarla, operándose muchas veces contra la oposición para impedir su relevo, situación que prevaleció en México por más de medio siglo y que la mayoría electoral aceptó con su pasividad, precisamente por carecer de formación ciudadana.

Era tal el combate al juego democrático que se llegaron a cometer graves delitos existiendo evidencias documentadas; se llegó incluso a reconocer públicamente la existencia de un “fraude patriótico” .

Finalmente los verdaderos partidos de oposición, el empuje de intelectuales demócratas lograron con sacrificio y alto costo hacer realidad los frutos de la democracia.

Por esta experiencia que muchos conocieron, vivieron o la sufrieron es tan importante la formación de los nuevos ciudadanos, que los lleve a reconocer lo vital de la vida democrática y sus instituciones, el razonar por el beneficio

colectivo y no por recibir algún beneficio personal que al final será transitorio.


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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