Ante el panorama político y social de la nueva administración federal y las correspondientes de los estados, se vislumbran agudos problemas para lograr la cohesión de la sociedad.
A esta perspectiva se agrega el ámbito comercial, migratorio y de colaboración sin excluir las relaciones internacionales y la inseguridad en que se vive, en algunas regiones, por causa de los grupos criminales y sus rivalidades en disputa por el control territorial.
Todo ello refuerza la percepción de debilidad institucional quedando lo social en estado de vulnerabilidad.
El debate está en la arena política y mediática nacional, porque se alude a los tres Poderes, a los distintos órdenes de gobierno, a la sociedad civil, las iglesias y a los sectores productivos.
En lo internacional el asunto no es menos complejo, ya que temas predominantes dependen de factores ajenos, como la elección presidencial en Estados Unidos, las disputas comerciales entre los gigantes de la economía mundial o las olas de migrantes que llegan por el sur.
Todo lo anterior, esfuerzo, tiempo y recursos, afecta la atención de los problemas profundos, como el combate a la pobreza y la urgente creación de oportunidades.
Pero existe la expectativa que nos dan la consolidación del mercado del norte, la llegada de nuevas inversiones en el contexto de la relocalización de las cadenas de suministro, y las ventajas para la generación de energías limpias.
Por lo anterior se impone una convocatoria a la unidad para coordinar esfuerzo y buscar soluciones; es la unidad y no la dispersión de esfuerzos y voluntades para ello, que por su ausencia ha producido muchas de las fracturas sociales actuales.
El plan sería inédito fundamental para un arranque con gobernanza y sin titubeos de las entidades con relevo gubernamental, que son llamadas a la coordinación y suma de esfuerzos.
Urge el inicio de una nueva visión para fomentar el desarrollo estatal e impulso a los valores, una convocatoria cuyo objetivo sea repensar en los orígenes y el legado de las comunidades, que hagan valer identidad y que se rescate la promoción cultural como elementos de cohesión y paz social, para el fomento del clima propicio de inversiones productivas y el respeto al medio ambiente.
Estos son los temas que deben prevalecer y difundirse en los medios, y no el recuento de actos delictivos como ahora.