hace unos días la Secretaría de Salud y el Secretariado Técnico del Consejo Nacional para la Prevención de Accidentes (STCONAPRA) hicieron público el “Informe sobre la Situación de la Seguridad Vial, México 2019”, documento que presenta el estado en el que se encuentra la seguridad vial del país según las cifras y estadísticas en torno al tema, registradas durante el 2018.
En las primeras páginas pareciera que el escenario se vuelve algo alentador, pues se expresa que la tasa de mortalidad por hechos de tránsito va a la baja de acuerdo a la comparación del 2017 al 2018, sin embargo al analizar las cifras estas siguen siendo aterradoras, pues las vidas que perdemos a causa de este problema son miles.
De acuerdo a lo informado, pasamos de 12.8 muertos por cada 100 mil habitantes en el año 2017, a 12.4 muertos por cada 100 mil habitantes en 2019, registrándose un total de 15 mil 574 personas que perecieron a causa de la inseguridad vial que existe en el país.
Así pues, en 2018 perdimos a más de 15 mil personas, cuya cantidad representa poco más de la capacidad de los estadios “Héctor Espino González” en Hermosillo o el de Mérida, Yucatán, “Carlos Iturralde Rivero”, para que se den una idea.
No obstante, aún hay más datos aterradores por mencionar. De esa cifra, las y los peatones son quienes concentran el mayor porcentaje de fallecimientos con un total de 3 mil 587 atropellamientos fatales, cifra que representa el 23.0%; le siguen los automovilistas con un total de 2 mil 638 fallecimientos (16.9%), los motociclistas con mil 890 fallecidos (12.1%), ciclistas con 148 muertes (0.9%) y otros con 26 (0.2%), y se desconoce el tipo de usuario del 46.8% de los decesos.
Y aunque se nos quiera alentar con la comparación de cifras respecto al total de peatones y peatonas fallecidos al año 2013, el cual fue del 25.5%, o sea un 2.5% más que lo registrado en el 2018, la cifra sigue y debiera seguirnos preocupando pues evidencia el problema de un sistema de movilidad deficiente y mortal que cobra muchísimas vidas en México.
Y más porque quienes más se ven expuestos y vulnerados por ese sistema somos las personas que nos movemos a pie. Ese número refleja los retos y obstáculos a los que nos enfrentamos día con día en nuestras ciudades: la infraestructura inaccesible, insegura y excluyente por la que nos tenemos que mover, que en muchas ocasiones incluso nos obliga a tener que bajarnos a la calle para movernos con menos limitaciones, la falta de políticas públicas y programas que mejoren la seguridad vial y regulen la velocidad para que podamos caminar o vivir la ciudad sin tanta prisa e inseguridades, e incluso, también evidencia la poca voluntad política por cambiar el rumbo de las cosas.
Todo eso es lo que yo veo reflejado en las estadísticas que hoy les presento. Los usuarios de la vía pública en general merecen moverse de forma segura y accesible, pero hago énfasis en las y los peatones porque somos los más vulnerados y la situación seguirá igual si seguimos permitiendo la violencia que vivimos día con día.
Por eso, con esta actualización de la información es importante que no solo se socialice para que más personas la conozcan, sino para que podamos utilizarla para seguir defendiendo y justificando la mejora de nuestras ciudades hacia urbes pensadas en proteger a los más vulnerados.