El mismo día que el presidente Andrés Manuel López Obrador recibió en Palacio Nacional y caminó junto al presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, para celebrar la independencia de México, el Parlamento Europeo solicitó a la Unión Europea que adopte sanciones contra los funcionarios de Cuba responsables de reprimir las protestas del 11 de julio, tras las cuales la dictadura detuvo a más de mil personas.
Este fin de semana se realizará la Cumbre de la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe en México, en la cual participarán 17 mandatarios de la región. Sin embargo, AMLO decidió darle un papel preponderante al representante de una de las peores dictaduras del continente.
“Creo que, por su lucha en defensa de la soberanía de su país, el pueblo de Cuba merece el premio de la dignidad y esa isla debe ser considerada como la nueva Numancia por su ejemplo de resistencia, y pienso que por esa misma razón debiera ser declarada patrimonio de la humanidad”, afirmó AMLO ayer.
La periodista Yoali Sánchez dijo sobre esto: “López Obrador ha elegido el triste papel de apoyar a un hombre que pasará a la historia cubana como una marioneta que, el día en que pudo haberse cortado los hilos y actuar con la grandeza de un estadista, prefirió la represión”.
Un día antes, la revista Time había nombrado al artista cubano Luis Manuel Otero como una de las 100 personas más influyentes del mundo este año. Fue elogiado por “su obra, su lucha por la libertad de expresión y su postura intransigente contra la autocracia". Desde abril de este año está detenido por la dictadura cubana, contra quien ha realizado huelgas de hambre y sed.
Díaz-Canel, aunque no se apellide Castro, es -como dice Yoali- una marioneta de los hermanos que desde 1959 han gobernado la isla. Tras las protestas de julio, señaló el periodista cubano Abraham Jiménez Enoa: “Las redes sociales de los cubanos están inundadas de denuncias que llevan los rostros y cuerpos de centenares de personas siendo interrogadas o que han sido sentenciadas en juicios sumarios y están en prisiones”.
Dijo en otro artículo para Post Opinión: “Esto demuestra que, después de 62 años, al castrismo no le hace falta timonel. Cualquiera puede abrir la sala de máquinas y sentarse a conducir el sistema. Es el caso de Díaz-Canel. Los Castro diseñaron un régimen tan macabramente eficaz que ni siquiera ellos son necesarios para que accione”.
López Obrador busca crear una unión latinoamericana de izquierda que remplace a la Organización de Estados Americanos. Ha señalado -apoyado por otros mandatarios, tanto de izquierda como de derecha- que es necesario que haya una organización “que no sea lacayo de nadie (…) Es ya inaceptable la política de los últimos dos siglos, caracterizada por invasiones para poner o quitar gobernantes al antojo de la superpotencia".
Sin embargo, la izquierda democrática latinoamericana -hablando de Bolivia y Argentina, y dejando de lado las dictaduras de Nicaragua, Cuba y Venezuela- está de capa caída. Para un presidente como AMLO, que dice ser “humanista”, respaldar a una de las dictaduras más longevas del continente debería ser una vergüenza. Debería entender que voltear al pasado no es un acto progresista.
Mael Vallejo
@maelvallejo