Pues sí, el Santos lo echó a perder en San Luis. El Santos es muy bueno para sorprendernos, para bien y para mal.
Sí, le gusta darnos sorpresas, ya sean buenas o malas.
En el último partido como local, en el TSM, nadie podíamos creer que el Santos hubiera tumbado al poderoso (porque lo es) Toluca.
Sí, ese Toluca que el fin de semana se despachó al Atlas de manera fría y contundente, totalmente letal.
Pues bien, a ese Toluca el Santos le ganó, increíblemente, sin dar la mejor versión de sí mismo.
Obviamente se juntó el factor inexplicable de que el Toluca dio, probablemente, su peor partido en lo que va del torneo.
Pero de eso no tuvo la culpa el Santos y aprovechó la ocasión perfecta para hacer de verdugo ese día.
Después de ese partido, el panorama era ciertamente esperanzador, pues tocaba visitar a un San Luis que, seamos sinceros, no mete miedo, como sí lo metía el Toluca.
Entonces el Santos se fue a meter a San Luis y se lo despacharon fácilmente, por la puerta de atrás y con patada incluida en el trasero.
Bien dijo Nacho Ambriz que no es posible que a su equipo le cueste tanto salir del trance tras cometer un error.
No es posible que el equipo se venga abajo y haga corto circuito de tal manera que no tenga posibilidad alguna de encontrar soluciones sobre el campo que puedan corregir el error cometido.
En pocas palabras: su equipo tiene un déficit de atención y no logra modificar situaciones adversas sobre la marcha.
Es como si, una vez que rueda la pelota, el plan “A” se viene abajo y no existe plan “B” para solucionar la crisis.
Como si su equipo no estuviera preparado para los contextos complejos, de alta peligrosidad donde el rival se va encima y se pone en ventaja.
Es como si aquella gran remontada ante Necaxa fuese solamente un milagro único e irrepetible.
Porque después de ese día vino Monterrey y ganó sin mucho esfuerzo, aquí.
Luego vino la sorpresa de tumbar al Toluca y el fin de semana se trabaron en San Luis. Toca la visita de Juárez, del débil y mediocre Juárez, al Estadio Corona. Va a haber 5000 gentes…
El Santos tiene que dejar en claro a la de ya, sí o sí, si se va a atrever a arañar algo para el final del torneo, pero que sea con argumentos futbolísticos sólidos.
Porque a veces nos dan ligeras esperanzar y, al siguiente partido, nos vuelven a quitar el dulce de la boca.
Ya decídanse, porque no somos sus payasos. Ni la afición, ni la prensa.
