“No, pero ya vi el libro”. Querré decir: no he podido contratar el canal que tiene la película The Beatles: Get Back pero ya encargué (TLS, 1/5/22) The Beatles: Get Back con 240 páginas. En avance van cuatro apuntes getbackeros o con sus propias getbackerías.
Cuando vea The Beatles: Get Back pensaré en esta paradoja. Su director Peter Jackson dirigió también la trilogía El señor de los anillos, la obra de J. R. R. Tolkien que fue objeto de culto y tuvo trato de oráculo en los 1960. (Como otra novela, vuelta a filmar: Dunas, de Frank Herbert.) Resulta que en 1968 Los Beatles pensaban hacer su tercera película. Un día el actor Victor Spinetti recibió los cuatro volúmenes de Tolkien (El señor de los anillos más El Hobbit) y poco después una llamada de John Lennon: “¿Te llegaron los libros? Van a volverse película. Nosotros seremos los hobbits y tú serás Gandalf”. La cosa iba en serio; hubo un acercamiento con Stanley Kubrick para que fuera el director. El problema fue que Tolkien no quiso vender los derechos. (Dicho: treintaitrés años más tarde Jackson filmó El señor de los anillos, ganadora de 17 óscares y casi 3 mil millones de dólares.) Entonces Los Beatles se propusieron hacer Let It Be que en principio iba a llamarse Get Back.
Cuando vea The Beatles: Get Back recordaré que mi hermana Emma hizo el intento de llevarme en 1965 a una función de la primera película de Los Beatles, A Hard Day’s Night, en un lugar ya tan lejano y extraño como la Middle Earth inventada por Tolkien: el auditorio Justo Sierra en la Facultad de Filosofía. No hubo modo de entrar; atiborradísimo.
Cuando vea The Beatles: Get Back recordaré que un año más tarde como a mis diez de edad me fui al cine Las Américas a ver la segunda película de Los Beatles, Help! Y ahí mismo, tiempo después, vería Let It Be.
Cuando vea The Beatles: Get Back extrañaré fatalmente una, aquella escena de Let It Be: durante cierta sesión Paul McCartney empieza a cantar así nomás “Bésame mucho” de Consuelo Velázquez.
Luis Miguel Aguilar