Sucedió los que a mí me parecen hace solo unos cuantos años, pero que quizá sean muchos, cuando aun no existían los actuales medios de consulta y cualquier indagación debía hacerse en diccionarios y enciclopedias.
Después de “hojear” con sumo cuidado las gastadas páginas del vetusto volumen edición 1945 de la Espasa Calpe, herencia de mi abuelo, al llegar con mi hojeo y abrir la página en palabras iniciadas con “Inm”, un pequeño y amarillento papel se deslizó de entre las hojas, para postrarse mansamente en el suelo bajo el escritorio, luego de ondear en el aire durante unos instantes, como al compás de las notas musicales que en ese momento se esparcían en mi espacio de trabajo.
La consulta en ciernes provenía de cuando a mis 20 años, en algún texto me topé con la palabra “inmanencia”, cuyo significado desconocía.
Cumpliendo sin saberlo con el antiguo dicho aristotélico de:
“Todos los hombres por naturaleza desean saber”, seguí el mandato inapelable de mi curiosidad para encontrar: “Dícese de lo que es inherente a un ser o va unido de un modo inseparable a su esencia aunque racionalmente pueda distinguirse de ella.”
Una vez terminada mi consulta y la verdad sin haber comprendido ni siquiera un poco esa definición, (por ahí dicen que los hombres terminamos de desarrollarnos neurológicamente hasta después de los 25 años y las mujeres antes, ¿será?), la grata sorpresa mencionada vino cuando una vez colocado el tomo en su histórico espacio familiar, recordé el pedazo de papel y al recogerlo vi que en él había algo escrito, con su para mi muy conocida caligrafía, mi padre había transcrito las mismas palabras de la enciclopedia, pensé, quizá porque en cierto momento de su vida sintió el mismo “deseo de saber” que yo.
54 años después de aquel “encuentro”, pienso que todo en la vida no es sino un siclo interminable, y la palabra vino a mi mente cuando mi contacto con la muerte es cada vez más cotidiano, ¿será la muerte inmanente a todo lo vivo?
Por cierto, busqué en Google la definición de “Inmanencia”.
Es la misma que la de la Espasa Calpe 1945 tomo IV, de mi abuelo.
