El 9-1-1 es el número único de llamadas de emergencia en el que se homologan todas las vías de atención para temas médicos, de seguridad pública y de protección civil a nivel municipal, estatal y federal.
Aunque su atención es de suma relevancia las estadísticas publicadas por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) brindan un panorama de que el uso que se da al 9-1-1 quien reporta que de enero a septiembre de 2024 la media nacional de llamadas que se reciben y son procedentes apenas representan el 25.8 % de las totales que son más de 44 millones. En dicho sentido Hidalgo se encuentra por encima de esa medida pues las llamadas procedentes en el mismo periodo son el 30.3 % de las más de 828 mil que se recibieron.
En nuestra entidad las llamadas procedentes que más se reciben son por temas de seguridad que representan el 39 %, las que solicitan otro tipo de servicios ocupan el segundo lugar con 38 %, en tercer orden las de asistencia ciudadana son el 10 % y las de orden médico con el 9 % de la proporción. Por esa vía también se brinda atención de protección civil y reportes sobre los servicios públicos.
Lo que es preocupante son las llamadas improcedentes que refieren un mal uso de los servicios, puesto que hay algunas que puedan explicarse con fallas o simplemente no ameritan la emergencia. Por ejemplo, a nivel nacional destacan las que se tratan de bromas de niñeces que son 1.9 millones, las que son personas jóvenes y adultos jugando representan 1 millón y las que son personas adultas insultando que son 304 mil.
Sin duda es necesario promover el uso del 9-1-1 de manera adecuada y responsable, por ello las personas respondientes ya cuentan con un protocolo que hace un filtro. Al mismo tiempo que la ciudadanía debe saber que puede acudir al número de emergencias y promover con ello la seguridad de sus comunidades y que cada llamada puede salvaguardar la integridad de las personas; radicando ahí la relevancia de evitar el mal uso.