Al menos una vez al año es noticia que el relleno sanitario se llenó (de nuevo), que se requiere presupuesto para su saneamiento, que hubo un incendio y recientemente las muertes del personal que ahí labora asociadas a covid-19.
Es evidente que el relleno sanitario localizado en la comunidad El Huixmí no cumple los requerimientos para brindar un manejo adecuado e integral de los residuos que ahí llegan. Deja muchas pendientes tan solo para el manejo de cadáveres de animales y, por supuesto, para los residuos de riesgo de infección biológica a los que no se ha dado una conducción apropiada, problema que durante la contingencia sanitaria ha aumentado el peligro en el relleno. Tampoco hay un plan amplio de reciclaje, es decir, se limita mayormente a la recolección.
No cumple los requerimientos para brindar un manejo integral de los residuos
Todo ello sin un trabajo sobre la reducción de producción de residuos en la zona metropolitana de parte de los respectivos gobiernos que incluya restricciones operables que desincentiven el uso de plásticos descartables de un solo uso (lo cual, por cierto, ya está legislado en el estado), educación para la conservación del medioambiente, promoción de negocios de ventas a granel y fomento a la economía alternativa libre de residuos convierte al relleno sanitario en un ciclo continuo.
El próximo mes se vence el contrato con la actual empresa responsable del relleno y aún no hay respuestas claras sobre lo que sucederá en la siguiente fase. Cabe señalar que coordinar los esfuerzos para el traslado, manejo sustentable y disposición final de residuos corresponde al gobierno en sus diferentes órdenes, estatal y municipal, y está indicado en su desglose debido en una legislación que hoy parece olvidada debajo de las casi 12 mil toneladas que tan solo del municipio de Pachuca genera al mes.
Lol Canul
