La libertad, la rabia, el deseo, ¿encienden la vida? Hay novelas que desde el inicio confrontan, rasgan el espejo de la realidad, revelan la potencia narrativa de su autor. Guillermo Arriaga desde niño cuenta historias, y qué manera de llevarnos a la resonancia polifónica que habita en cada capítulo de su libro “Salvar el Fuego”.
Leo la última línea: “Muy bien, comencemos”; al escribir el punto final, abre la puerta de nuestras conciencias para ir en busca de la flama que vive en nosotros, esa que puede estar un poco diminuta, como la brasa del carbón cuando se consume, y con un soplo vuelve a crepitar. ¿Qué es lo que arde, sin consumirse, en nuestros anhelos individuales o colectivos?
Hay una confrontación, un debate entre morenos, blancos, ilustrados, feministas, conocedores, opinólogos y lo que se acumule en el día: los buenos, los malos, los ignorantes, los sabiondos, la raza, los lindos, los mirreyes… Una clasificación que nos regresa al tiempo de las castas. El respeto al otro, ¿dónde queda? El enjambre que habitamos cotidianamente es el origen de los personajes de la novela.
Inicia con un manifiesto: “Este país se divide en dos: en los que tienen miedo y los que tienen rabia”. Es la voz de José Cuauhtémoc Huiztlic, reo de alta peligrosidad, que lee, políglota, conoce de música, danza, filosofía. ¿Qué lo llevó a la cárcel? ¿Tiene derecho al amor? La historia la conoceremos por tres narradores nítidos que, a salto de mata, nos llevan al norte, al desierto, a Tepoztlán, a la ciudad de México.
La vida de Marina, burbuja de cuidados, estalla. Bailarina y coreógrafa, hay perfección en sus interpretaciones dancísticas pero, no conmueve, no logran sacudir, no llega a la alquimia unificadora de energía, solidez, fuerza. Sus amigos, dueños de minas de carbón, se entretienen haciendo caridad, llevan el arte a la cárcel. Los extremos distantes se juntan, el cristal de las normas establecidas se rompe, Cuauhtémoc le dice a Marina: “tienes mundo, pero te hace falta calle”.
Corrupción, impunidad, racismo, clasismo subyacen en “Salvar el Fuego”, novela completa, total de Guillermo Arriaga, gran escritor y guionista mexicano. Atrévase, lea, avive su fuego: esa trémula luz que salva. Carpe diem. _