El 7 de noviembre de 2016, víspera de las elecciones en Estados Unidos, publiqué que Donald Trump probablemente ganaría (https://www.notivox.com.mx/opinion/juan-pablo-becerra-acosta/doble-fondo/trump-si-puede-llegar-a-la-casa-blanca). A contracorriente de lo que tecleaban casi todos los expertos, los gringólogos, quienes no solo afirmaban que triunfaría Hillary Clinton, sino que apostaban en Twitter sobre los márgenes con los cuales se impondría la demócrata, redacté que el empresario podía vencer. Sustenté mis dichos en trabajos de analistas conservadores (despreciados por la élite de la prensa liberal estadunidense) sobre el comportamiento del electorado lejos de las grandes ciudades, y en estados claves para el sistema de votos electorales.
Creo que este año ocurrirá lo mismo: a menos que suceda algo inaudito (una toma de rehenes como la que padeció el presidente Carter justo hace 40 años en Irán), o que el mandatario cometa terribles pifias durante la campaña, 2020 será el año en que Trump conserve la Casa Blanca. No encuentro ningún resquicio serio que pueda ser aprovechado por algún aspirante demócrata. Luego de que fuera vapuleado en las mediciones de popularidad durante mucho tiempo, el hombre de la incontinencia tuitera ya tiene 50% de aprobación, suficiente para que se reelija.
Además, ese porcentaje seguramente crecerá pronto, como suele suceder cuando los presidentes se inventan una guerra: durante los primeros meses de belicismo, gozan de un sólido apoyo popular… salvo que empiecen a morir soldados en el campo de batalla, lo cual difícilmente ocurrirá de aquí a la elección, ya que Trump parece muy cómodo con el conveniente método del clic, del bombardeo a través de drones.
Claro, si hay represalias de Irán, que ya amenazó con tomarlas, cualquier cosa podría suceder: o el electorado se siente aterrado por esos atentados y respalda al presidente, o bien los daños son tan cuantiosos que el electorado se muestra airado por los desplantes militaristas del republicano y le da la espalda en las urnas.
Más allá de asuntos bélicos, Trump va a echar mano de una estrategia triunfalista en cuanto a los asuntos internos de su país. Recién leí un artículo en el Washington Examiner (https://www.washingtonexaminer.com/washington-secrets/exclusive-trump-list-shows-319-results-and-promises-kept-in-three-years), un medio afín a Trump, cuyo lema dice mucho (Straight News. Conservative Views.), noticias verdaderas, duras (alusión a las “fake news” de las que se queja Trump), puntos de vista conservadores: en el texto se afirma que Trump ha cumplido casi todas sus propuestas de campaña de 2016, y que esos hechos serán utilizados para convencer al electorado de que continúe “haciendo grande a Estados Unidos”… en vez de fracasar con un demócrata.
Según el reporte, Trump y sus mariscales de campaña recién decidieron, en su war room de Mar-a-Lago, Florida, crear una lista compuesta por 15 categorías y 319 “resultados”. Rotunda idea: si el electorado se lo cree y lo percibe como un presidente triunfador que cumple sus promesas, entonces permanecerá cuatro años más en la Casa Blanca, y a partir de noviembre podrá hacerla arder, si se le antoja, porque no habrá nadie para impedirlo…
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