Parte de la crisis en la impartición de justicia en nuestro país es que las víctimas, además de no creer en las leyes, y aún menos en las autoridades, se ven obligadas a sustituir a las instancias ministeriales.
Tampoco disponen de recursos para pagar un abogado.
La pena, la impotencia, el dolor y frustración son redondas.
Por eso, y a propósito de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer (8M), miles de mujeres en La Laguna conurbada (estamos lejos de convertirnos en una verdadera metrópoli) recorrieron la ruta Lerdo, Gómez Palacio y, en Torreón, se apostaron en la Plaza Mayor.
En ésta, dejaron sus denuncias públicas a través de pintas, de leyendas de mujeres y colectivos con las que escribieron los nombres de presuntos acosadores, violadores, incumplidos de la manutención de sus hijos, de practicantes de violencia vicaria; y contra instituciones públicas (Pronnif Torreón) y universitarias (la PVC, la FCA, la FCPyS y Ciencias Biológicas de la UAdeC), la UJED, la Narro Laguna, la MEZE, el Tec Laguna y la UANE, y refirieron nombres de docentes así como las acusaron de ser encubridoras de ellos.
Al alcalde Román Alberto Cepeda González le dedicaron una soberana mentada de madre.
Y a su director de Comunicación Social, Yohan Uribe Jiménez, tanto en el cemento como en tendederos e impresos, lo incriminaron como acosador.
¿Qué respuesta hubo o hay de las instituciones? Ninguna. ¿Qué dijo el presidente municipal? Nada. ¿Qué Yohan? Enmudeció.
Este NO es una contundente contestación de las instituciones y de los sujetos involucrados, pero es la aceptación del señalamiento.
La impunidad institucional quedó hecha añicos y toda esa escritura que salió del alma y del corazón de mujeres ultrajadas, quedará en el memorial del pensamiento colectivo de tres ciudades que dan tumbos en su constructo social.
Las historias personales de cada mujer vulnerada por el machismo, que es secundado por las instancias gubernamentales que debieran actuar con sensibilidad y apego a las leyes correspondientes, debieran ser recogidas por la prensa, por escritoras y escritoras, por poetas, por los organismos de derechos humanos.
¿Se imaginan poder leer esos testimonios con otra óptica? Si no los vio ni leyó, ya no alcanzará. La orden de borrarlos está dada.../.
-… Del mismo o mayor calibre fueron las acusaciones contra el derrotado aspirante a la secretaría general de la Sección 12 del Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social (SNTSS), Omar Enrique Meza Sandoval, quien fungía como tesorero de la delegación estatal.
El ganador resultó ser Anastasio Gómez Moreno, que sumó más de 7 mil, por 5 mil del primero. Sí, hubo abstencionismo.
Me llegaron fotos y videos de este proceso, en el que, pude apreciar el cansancio, el hartazgo, la burla de que han sido objetos las y los agremiados del IMSS en Coahuila, y quienes, pese a las amenazas, con unidad y dignidad echaron fuera a la camarilla establecida desde hace años en la Sección 12, y que lucró, prostituyó, ensució y traicionó los estatutos del sindicato dándole la espalda a la gran mayoría de personal de enfermería, médico, empleados y trabajadores.
El acoso sexual y laboral, la venta de plazas, el nepotismo en pleno es lo que ya no toleraron más.
El Contrato Colectivo de Trabajo era nada, se lo pasaban por alto.
El grito de ¡auditoría!, ¡auditoría! Se escuchó fuerte. Falta que ese clamor toque las puertas de Palacio Nacional, de la Secretaría del Trabajo, de la alta dirigencia del Instituto Mexicano del Seguro Social y que volteen a Coahuila.
Ese sindicalismo provocó, ya enfermo, me confiaron, el robo de medicinas, de enseres, de equipos médicos, de aparatos de aire, de refrigeración, y hasta de objetos personales de enfermeras y médicos.
El enemigo estaba en casa.
El sindicalismo no se salva. En la UAdeC, en la Narro, en las dependencias estatales y no se diga en el municipio (Torreón), las agrupaciones sindicales atentan y abusan.
Ya iré desmenuzando algunas características.
Esperemos que lo sucedido en el estatal del Seguro Social tenga eco y en los aquí citados estén en los últimos estertores.
Verdadera 0autonomía e independencia, y el compromiso individual digno, son indispensables.