Política

Informar sin mentiras

  • Columna de Juan Noé Fernández Andrade
  • Informar sin mentiras
  • Juan Noé Fernández Andrade

En la semana que concluye tuve la fortuna de participar en la V Cumbre Global sobre Desinformación 2025, convocada y organizada por la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), en conjunto con el Proyecto Desconfío de Argentina y la Fundación para el Periodismo de Bolivia.

Este foro contó con una amplia concurrencia -en línea- de periodistas de Hispanoamérica, Brasil, Europa, África y Estados Unidos, y lo llamaron Cumbre Global sobre Desinformación 2025. Cierto es que se convirtió, durante dos días (miércoles 17 y jueves 18 de septiembre), en un espacio de alcance internacional para el diálogo y acción frente a uno de los grandes desafíos de la democracia. 

El intercambio de experiencias y resultados de estudios e investigaciones acerca de la desinformación y de la mentira mediática, de parte de académicos, comunicadores mujeres y hombres, incluso expertos de organismos como las Naciones Unidas, contó con la reflexión de colegas que hacen periodismo en condiciones desventajosas, tal y como lo ejercitan en México muchas y muchos colegas que no están ni estamos en situación boyante, ni de privilegios ni cobijados por la fama.

El miércoles, se abordaron: Las razones de una Cumbre Global sobre la Desinformación. 

La conferencia magistral: Democracia amenazada: la batalla por la integridad informativa en tiempos de IA. El panel: Tecnologías e innovación para detectar desinformación. 

Se organizó el Demo en vivo: Cómo se genera un deepfake en 5 minutos. 

Dos paneles: Cómo contrarrestar la desinformación sobre cambio climático y ¿Por qué el periodismo es parte de la solución frente a la desinformación? 

Se presentó lo llamado Día Mundial de las Noticias. Dos rondas de proyectos: Iniciativas contra la desinformación e Iniciativas contra la desinformación.

El jueves hubo el conversatorio: Antídotos desde el periodismo. Estrategias contra la desinformación. 

Una mesa de debate: Alcances y desafíos del Fact-checking (verificación de hechos). Los paneles: Claves para monitorear la desinformación, Impacto de la manipulación e interferencia de información extranjera en las democracias y Desmontar grandes estafas. 

La Ronda de fondos: Potenciar el periodismo y la información confiable.

Material al por mayor, ideas y tesis, propuestas todas para que el periodismo se sacuda de las mentiras, de los absurdos, de la falsedad de la información que hoy caracteriza al periodismo convencional, pero también al de portales y no se diga en las redes. 

Por el nivel de las y los expositores, acepto que soy parte de los que carecemos de una alfabetización mediática para poder incursionar más allá de un modesto círculo, o que más personas sepan de mi trabajo, de mi periodismo. 

Entre otras frases escuchadas recuerdo la que sentenció que “informar es el legado de la sociedad de periodistas”, y que por lo tanto tendríamos que honrar ese honor. 

Porque lo es, ser periodista es un honor, tanto como es una responsabilidad social: la voz de los que no tienen voz.

Al participar vía el diálogo en línea, reconocí la importancia de conocer y escuchar esas voces que apuestan por una humanidad mejor informada, comunicada desde la objetividad que debe rendirle el buen periodismo. 

No dejé de argumentar que, sin duda, hacerse de algunas herramientas tecnológicas ayudaría a realizar con mejor manufactura la realidad humana.

Hacer un periodismo para que la gente confíe, para restaurar su valor, su rol, su sustentabilidad, detectar y desterrar las mentiras, unir esfuerzos en esa lucha desigual contra “los monopolios de la verdad mediática” recargada de interés político y económico. 

Sé, por lo escuchado, que la verdad está bajo presión, que la tratan de ahogar lo mismo en Rusia, en Palestina, en Gaza, que en el mismísimo Estados Unidos, en México, en España… en todos lados. 

El periodismo atraviesa una severa crisis y no es gratuita porque hay un afán obsesivo por el poder, por someter, por aplastar a los otros, a las mayorías, a los pueblos.

Hoy como nunca la libertad de expresión y de prensa está en el limbo, en la incertidumbre. La infoxicación es tremenda.

El problema de la desinformación es que los hechos se cuestionan cuando la opinión personal (creencias e ideologías) no coincide con lo que se muestra. 

El tema de la interpretación termina relativizando la verdad. Planteé que si periodismo es un vehículo ideológico en cualquier país, ¿cómo desideologizarlo?

En fin… quizá el periodismo actual sea resultado del mercenarismo, del comercio voraz por la información, y del empobrecimiento ético, moral, político. 

Un complejo laberinto en el que la verdad, aunque sea una, termina por pulverizarse y no sale a la luz pública.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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