Pienso que las personas que escuchan o han escuchado la radio cultural del municipio, la estación Radio Torreón en el 96.3 de la frecuencia modulada, podrían estar de acuerdo en que fue con la dirección de Rocío Micher Elías cuando de veras hubo un público de todas las edades interesado en su programación.
Esto, a mediados de los años 90, alcanzó una audiencia importante, los programas eran sintonizados porque, desde el público infantil hasta el adulto, y desde luego la juventud, se apropiaron de la barra que ofrecía la estación, donde jugó un papel fundamental Alberto Isaac Rodríguez, quien, junto con Micher Elías, cuando salieron de RT la Universidad Autónoma de la Laguna los contrató para echar andar su Frecuencia UAL en el 99.7 de fm, que hoy es, por mucho, de las más buscadas por el público regional.
Creo que la mancuerna Rocío – Isaac, sabían en lo que estaban, pues más allá de la cuestión técnica operativa, le dieron el toque necesario a la estación para tomar en cuenta y difundir temas que aportaron a la culturización de la gente, de la audiencia, con una estructuración seria, sensible, profesional en las exigencias de la cultura radiofónica que sí despertó el interés propios y extraños. Así, por ejemplo, escuchamos a Radio Francia Internacional gracias al convenio logrado, se echó andar el ya esperado certamen “Pinta tu música”, y el de Guion radiofónico.
Radio Torreón, incluso, llegó a participar en la Bienal de Radio Latinoamericana y muy activamente en la Red de Radios y Televisoras Educativas de México y, en fin, hubo una apertura incluyente, plural, inteligente, acorde a lo que debe ser una radio cultural, al incrementar la propuesta musical incluyendo música alternativa en la radio local.
Todo ese camino se perdió, se extravió. La irresponsabilidad de elegir a quien sea como director la hizo pedazos.
Una estación radiofónica cultural se debe construir pensando en el entorno en el que está inserta, que sea escuchada e involucre a toda la población, tome en cuenta el múltiple talento de su niñez y juventud y los incorpore en sus producciones.
¿A cuántos estudiantes de las muchísimas universidades, bachilleratos, primarias y jardines de niños les ha dado Radio Torreón esa oportunidad? ¿Por qué la mayoría de sus programas no trascienden, no son buscados?
Quienes han llegado a la dirección de RT han sido personas más vinculadas a intereses político partidistas que a la cultura.
No tiene caso poner sus nombres, pero los alcaldes han ratificado su falta de tacto y compromiso social y cultural al designarlos.
¿Quién escucha hoy la frecuencia 96.3 de fm?
El alcalde Román Alberto Cepeda impuso, esta semana se hizo oficial, a Armando Cobián Lafont, pese a que hubo el rechazo parcial del Consejo Ciudadano de la estación, a quienes no les pareció, pero tampoco los escuchó.
De hecho, una consejera se retiró, supe, para no votar, el resto sí levantó la mano porque la decisión del alcalde no se cuestiona.
El presidente del consejo, Ricardo Rodríguez, firmó a favor de Cobián de inmediato. ¿Y la Junta de Gobierno y la Comisión de Cultura del municipio? ¿Por qué enmudecen y agachan la cabeza? ¿Qué postura asumirá el Instituto Municipal de Cultura y Educación (IMCE)?
Queda claro que los consejos y patronatos municipales sirven para nada, incumplen reglamentos, normativas, son presionados, su voz y opinión no valen ante los caprichos del edil y san se acabó.
Con el dinero mensual que les autoriza el cabildo están contentos.
Pedí opiniones entre creadores del medio cultural, entre académicos, algunos empresarios más o menos informados, y con colegas de prensa acerca del nombramiento de Armando Cobián como director de Radio Torreón. Nadie dijo algo a su favor.
Desgraciadamente la fama pública pega y pega duro. Román Cepeda no sabe de ella y mantiene su ego autoritario.
Deseo que Cobián sepa revertir este capítulo negro y sea asesorado por gente culta, preparada, honesta.
