En el nuevo tema, no hay quién creerle.
Lo único que queda en evidencia es que la autoridad municipal está empeñada en seguir oscureciendo el panorama de la ciudad y mantener a la alza la falta de confianza y de credibilidad que ya se ha ganado.
Por un lado, un grupo asociado de colonias del norte de Torreón exigieron al alcalde Román Alberto Cepeda González, que acelerara la obra –interminable al parecer- del sistema vial en el sector de Villa Florida.
La población en ese rumbo de la ciudad, y la necesidad de contar con vías de movilidad eficientes, está inconforme y manifestaron que su demanda es urgente e impostergable.
El crecimiento urbano tiende a expandirse hacia ese lado y no hay visos de solución sino, al contrario, como consecuencia de la mala planeación y autorización de nuevas colonias, plazas comerciales, colegios y una gran cadena de negocios, prácticamente todas sus calles, bulevares, calzadas y el mismo periférico ahogan la vialidad vehiculas y hacen inexistente el tránsito peatonal.
Pero, por otro lado, la (re)aparición de un “líder” de colonos de pésima imagen y peor trayectoria en los partidos que ha militado e inventado, además de colectivos, pero siempre abusando de la ignorancia, precariedad e inocencia de la gente, Abundio Ramírez, resulta que provocó que el alcalde y su equipo, que permanentemente están a la defensiva y nunca aceptan un no como respuesta de la ciudadanía, para sorpresa de todos decidieron cancelar esa obra ya anunciada en Villa Florida.
“Me pidió dinero”, afirma sin ofrecer pruebas el titular de Obras Públicas, Juan Adolfo Von Bertrab, quien acusó al “dirigente” del llamado Colectivo Morelos.
El anuncio de cantidades millonarias para obras de vialidad ha sido y sigue siendo el gran negocio de las autoridades en turno desde hace mucho tiempo, o casi siempre.
De ahí que ahora Torreón esté inmerso en un sinfín de proyectos de ingeniería civil y urbanismo, pero sobre los cuales hay serias dudas de honradez y decencia, y no es solo en los dineros públicos sino en la necesidad de esas obras en los sitios que escogieron de manera unilateral e impositiva.
Ojo: no todas las obras son del mismo interés para el alcalde y su comitiva.
Porque en tiempos de campaña electoral allá en 2024, en una ceremonia más priísta que nunca, informó en la recordada escuela General Lázaro Cárdenas del Río, frente al museo del Bosque Venustiano Carranza, la remodelación y adecuación de sus amplios espacios para convertirlo en lo que él bautizó ya (y nadie puede siquiera proponer el nombre de una persona destacada en el ámbito) como Centro Cultural del Norte.
Esta obra no empieza, se dice y se dice que esto y que lo otro, pero no, para ella no hay dinero.
Lo peor viene: en 2026 habrá elecciones intermedias ya a nivel estatal y los grillos y grillas del bipartidismo aliancero (Prian, MorenaVerdePT) y de Movimiento Ciudadano y alguna otra organización, buscarán llegar a un congreso que, como el cabildo en Torreón, nada mas ellos saben a qué se dedican.
Y agárrense, porque pese a que la fama pública no les favorecer casi a ninguno, hay expresiones mediáticas y en redes de personajes que se declaran preparados para contender y hacer que Coahuila siga echado pa’delante a pasos de gigante.
¿El PAN continuará en contubernio? ¿O aspirará a querer, cuando menos, volver a ser ese partido que con una ideología propia y candidaturas de entre sus militantes le ponía sabor al caldo?
¿Y Morena postulará… a quiénes? ¿A expriístas? ¿A tránsfugas del mismo sistema?
No señores. Ni las autoridades actuales son dueñas de la ciudad y municipio, como tampoco los partidos políticos, ni nadie en especial que no sea la mismísima población.
Torreón quiere volver a ser Torreón, pero sin ustedes, pero sin quienes no ha han respetado.
Sin chismes, sin grilla, sin hipocresía, sin autoritarismos.
Hay tanto por revisar, analizar, consensar y acordar, que en las manos actuales el presente no tiene futuro.
¿No se han dado cuenta que Torreón pasó de ser un rancho (1850) a villa (1893) hasta ser una ciudad llena de orgullo y alegría (1907)? Pobre de Mi querido Torreón.