Política

María y José, una noche de abuso policíaco municipal

  • Columna de Juan Noé Fernández Andrade
  • María y José, una noche de abuso policíaco municipal
  • Juan Noé Fernández Andrade

Les pondré de nombre María y José.

María y José, jóvenes novios veinteañeros, llegaron el domingo pasado al estacionamiento de la plaza Almanara. Se ubicaron frente a la tienda Gala, un espacio iluminado. 

Eran poco después de las 9 de la noche. Habían cenado y se quedaron en el vehículo Kía, propiedad de la familia de él. Platicaban sin dejar de expresar su gusto al estar juntos. Un beso, una caricia. 

La noche empezaba y para ambos ya casi terminaba. 

Debían volver a sus casas. Nunca pensaron que sería, a esta edad de ambos, la peor noche en sus vidas.

Cuando se dieron cuenta, dos patrullas (camionetas) de la Dirección de Seguridad Pública Municipal (DSPM, las 35455 y 35468) los rodearon, les echaron las luces encima -el vehículo no es de cristales polarizados-. 

Un par de elementos de la corporación, mujer y hombre, se dirigieron a ellos para, con gritos, pedirles que se bajaran. 

La oficial, con un lenguaje exuberante de palabras altisonantes, más que vulgares, y un histrionismo exacerbado, rápido los acusó de estar realizando “actos inmorales”, incluso refiriéndoles con todas sus letras qué tipo de acciones. 

María no podía creer lo que escuchaba. El calvario iniciaba y, aun cuando el capítulo está ya en un cauce legal, esa noche llegó a su casa acompañada de sus padres después de las 3 de la mañana. 

El papá se vio obligado a pagar una multa en el flamante edificio del Centro de Justicia Municipal por 6 mil 548 pesos. 

Los dos policías les habían advertido que el incidente “fácil” les costaría 100 (cien) mil pesos. Los finos oficiales los trasladaron detenidos, el carro de José ahí lo dejaron en el estacionamiento. Nunca les pudieron comprobar sus “faltas inmorales”.

Insultos, bajezas, ruindad, violación de derechos humanos, prepotencia, abuso de autoridad, altanería y falta de sensibilidad mostraron, al menos esa noche, dichos elementos de la DSPM.

Ya los padres de María interpusieron su queja en las oficinas en Torreón de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (no acudieron a la par municipal, por obvias razones), y lo mismo hicieron en la Agencia (estatal) de Investigación Juvenil. 

A ver hasta dónde llega su inconformidad.

La DSPM acumuló, al primer semestre del año 161 quejas ante la CEDH por detenciones arbitrarias y ejercicio indebido en la función pública. 

No olvidemos el asesinato en Nuevo Mieleras que mantiene recluido en el Cereso a otro elemento de la corporación. La causa penal sigue.

Ni María ni sus papás, ni José ni su familia lograron entablar una plática amable, respetuosa con los oficiales. 

Las amenazas e insultos que les profirieron les han taladrado sus oídos toda la semana.

Y vaya coincidencia. En los últimos días se informó que las comisiones de Gobernación y Reglamentación, Derechos Humanos e Igualdad de Género y Seguridad Pública del Ayuntamiento acordaron aprobar los protocolos de auxilio judicial y de actuación policial. 

Esto, con el apoyo de instituciones universitarias y defensores (as) de derechos humanos.

A su vez, el alcalde Román Alberto Cepeda González hizo público su respaldo a la Policía Municipal, porque “ha contribuido a mantener a Torreón entre las ciudades más seguras del país”.

¿Entonces, qué pasa? Porque con el cambio de titular al frente de DSPM vino, y está en marcha y es válida, una campaña que busca restaurar la malograda imagen y mala reputación de la dependencia, eso sí, con policías que la honran, desde luego. 

Según datos oficiales, las detenciones se han incrementado como resultado inequívoco de lo eficaz que son la videovigilancia y el monitoreo en la ciudad.

Pero, lo ocurrido a María y José, ¿dónde deja al alcalde? ¿dónde a Alfredo Flores Originales director de SPM?, ¿cómo se debe interpretar ese abuso? ¿Repararán el daño a las víctimas de su desbocada altanería?

Una familia más que sufre y padece el actuar de policías municipales.

Mucho trabajo por realizar al interior de la DSPM. Y no es cuestión de dinero y más dinero, sino de exigencia de una mejor policía, más sensible, absolutamente responsable, comprometida en el cumplimiento cabal de su deber, que respeto los derechos humanos, con una vocación por servir y que no infunda temor sino respeto y confianza. 

Eso hace mucha falta en Torreón, en Coahuila y en México entero.

Google news logo
Síguenos en
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.