El mundo vive hoy una amenaza de seguridad internacional que no se limita a un país o bien a una región continental.
La amenaza multidimensional a la seguridad nacional, o bien internacional, que conlleva una epidemia o pandemia, depende por mucho del conocimiento, experiencias y acciones concretas que distintos países o regiones enteras tengan al respecto.
Lo que hoy como humanidad vivimos con el Covid-19 mantiene un componente de la inmediatez y facilidad con la que cualquier tipo de información —ya sea verdadera o falsa— tiene acceso la gente. Lo anterior genera mayor tensión, miedo y hasta desesperanza respecto a lo desconocido, aun y a pesar de que es posible sostener que hoy, en diferentes países, existen rutas críticas exitosas para enfrentar a este enemigo.
No solamente México y los mexicanos estamos ante una nueva era. A este enemigo se le va a derrotar aun y a pesar, desafortunadamente, de las vidas que ya ha cobrado. Luego entonces esta pandemia es universal y ninguna previsión o acción está de más por más exagerada que resulte.
A este enemigo internacional no se le enfrenta con el uso de la fuerza o la violencia, más bien debe hacerse con los recursos que cada país cuenta dentro de sus sistemas de salud pública y privada; también desde las capacidades económicas, políticas y sociales con las que los países cuenten. En naciones como China, Italia, España o Estados Unidos el uso de las fuerzas armadas no se ha previsto como medida de fuerza física; al contrario, muchos ejércitos tienen las capacidades suficientes para apoyar el orden interno que le dé a cada nación mayores fortalezas para derrotar a este enemigo.
México tiene en sus soldados de tierra, mar y aire a los mejores elementos a escala mundial para apoyar y fortalecer a la sociedad con la activación del Plan DN-III-E y Plan Marina. El adiestramiento y la capacitación que tienen nuestras fuerzas armadas servirán justamente para que, en el momento en que el gobierno así lo ordene, coadyuven y coordinen acciones con todas las instituciones del país.
México, tiene grandes y reconocidos médicos epidemiólogos, sanitaristas, neumólogos, otorrinolaringólogos, quienes sumados a los médicos militares y navales encontrarán las rutas adecuadas para, se insiste, derrotar a este enemigo.
Todo lo anterior, no busca encontrar en la ingenuidad o simpleza la esperanza que tantos necesitamos hoy; al contrario, el enemigo internacional es visible solo hasta que ataca y está de más analizar lo que otros han hecho mal o a destiempo ante esta nueva realidad.
Para muchos mexicanos, la desconfianza es la constante de sus días; sin embargo, dejando de lado las falsas esperanzas, nuestro país no se encuentra en indefensión total ante este enemigo.
La reflexión no se basa estrictamente desde el análisis militar, —motivo esencial de este espacio editorial— más bien se hace desde la más profunda objetividad, tomando en cuenta lo que ciudadanos de otras partes del mundo no hicieron en su momento para minimizar lo más posible los efectos negativos de este enemigo, es decir, esta es tarea y responsabilidad de todos los mexicanos y de sus instituciones.
La reflexión es a la calma para poder entrar en un orden necesario con el cual se controle de la mejor manera esta amenaza internacional y nacional.
La reflexión es a comprender que a este enemigo internacional, podemos vencerlo todos.
@elibarrola