Política

La crisis política 'vs.' la fortaleza institucional

A pesar de que muchos auguran “mala mar y peores vientos” para los soldados del mar, la acción en contra de 6 de sus integrantes, que hoy se encuentran detenidos —más 3 o 4 hoy prófugos—, no define bajo ninguna circunstancia a la Armada de México.

De la crisis política que desató la investigación y acciones judiciales posteriores, todavía estamos lejos de conocer sus efectos. No reconocer la contundencia de la Presidenta de México y Comandanta Suprema de las Fuerzas Armadas en el caso del huachicol fiscal sería tan injusto como estéril. De manera histórica, Claudia Sheinbaum autorizó una operación de gran dimensión y de consecuentes efectos, los que de entrada parecieran empañar el prestigio de la Armada y por ende de las fuerzas armadas en conjunto.

La crisis política que se desató por las puntuales acciones de este gobierno es de grandes dimensiones, pero sin duda están medidas en sus causas y consecuencias. Este gobierno está demostrando su verdadero interés por cambiar las cosas, caiga quien caiga, le duela a quien le duela.

Sin embargo a lo anterior, la fortaleza institucional de las fuerzas armadas es una base para que este gobierno demuestre su valor, sustentada en el gran reto que vive la Armada de México, que, más que desprestigio, refrenda el real valor institucional que ha tenido durante dos siglos, mismo que unos cuantos marinos olvidaron y mancillaron, aceptando y produciendo una actividad ilegal que, amén del gran deterioro económico al país, no debilitará a la Armada de México.

El respaldo que le dio a su hermano de armas el general secretario de la Defensa, Ricardo Trevilla Trejo, en su discurso del pasado 13 de septiembre en Chapultepec, refrenda justamente el poder institucional de las fuerzas armadas, sin olvidar el llamado que también hizo en el desfile del 16 de septiembre, para sumar fuerzas que destierren las conductas antisociales que dañan al pueblo de México, como la delincuencia en particular.

Sin lugar a dudas, las acciones emprendidas en la Secretaría de Marina por el almirante Raymundo Morales Ángeles ya alcanzaron al almirante Rafael Ojeda Durán; lo que no debe confundirse es que Ojeda no es la Armada y sus sobrinos menos. Tampoco lo son los pocos oficiales navales que participaron en actos delictivos.

La Armada de México está formada por mujeres y hombres que juraron servir y proteger a México y a los mexicanos, y como todos los integrantes de las fuerzas armadas, son siempre leales al país, a los mexicanos y hoy más que nunca a la Presidenta de México.

El impacto político de estos crímenes llegará a los culpables y responsables, sin que por ello se pierda la fortaleza institucional de las fuerzas armadas.

Fue la Marina, bajo el mando de Morales Ángeles, quien puso el ejemplo y a disposición a los involucrados en los innegables hechos. Es la Marina quien seguirá institucionalmente aportando todo lo necesario para que se pudran las manzanas envenenadas, de origen podridas.

La Marina Armada está dispuesta a enfrentar lo que la conciencia y el escrutinio de los mexicanos definan y en verdad no son solamente palabras: es la realidad que otorga la fortaleza de ser una institución permanente de la nación.

Se insiste en reconocer la firmeza de la Presidenta de México en estas acciones sin precedente.

El golpe de timón está dado.


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Juan Ibarrola
  • Juan Ibarrola
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  • "Columnista de seguridad y Fuerzas Armadas. Creador de @CadenaDeMando, colaborador @Milenio. Todos los sábados y lunes a las 18:00 hrs @mileniotv"
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