Cuando el 28 de febrero de 2013, Egidio Torre Cantú signó el “Convenio de Coordinación en Materia de Seguridad”, con Jaime Guillermo López-Aranda Trewartha, titular del Centro Nacional de Información, jamás imaginó el poder de gobernabilidad ni la disputa que generaría en los siguientes dos sexenios, la cláusula Vigésima Cuarta del documento. Nueve años antes, mientras Vicente Fox promulgaba el 7 de mayo de 2004, el reglamento que daba vida a la Unidad de Inteligencia Financiera adscrita a la SHCP, el Congreso del Estado aprobaba el 15 de diciembre de aquél año, el Decreto LVIII-1138 que adicionó el artículo 443 Bis al Código Penal, para tipificar el delito de “operaciones con recursos de procedencia ilícita”.
“El Gobierno del Estado a fin de coadyuvar con el Ministerio Público local para la investigación y acopio de información en materia de prevención y combate al delito de operaciones con recursos de procedencia ilícita, constituirá, o en su caso, fortalecerá su Unidad de Inteligencia Patrimonial y Económica o equivalente”, conforme al modelo de la Unidad de Inteligencia Financiera de la SHCP, dispuso aquella cláusula.
En donde encontramos el origen de la Unidad de Inteligencia Financiera y Económica de Tamaulipas, que surge hasta el gobierno de Cabeza de Vaca, cuando el ex mandatario publica la estructura orgánica de la Secretaría de Finanzas, el 31 de agosto de 2017, así como su Reglamento Interior, el 17 de octubre del mismo año.
Unidad a la que ha llegado un reconocido contador público, Raúl Hernández Chavarría, con el perfil idóneo para conducirla en la actual coyuntura política, en la que Américo Villarreal Anaya busca ensanchar la gobernabilidad de su mandato, desatando los nudos dejados por Cabeza de Vaca.
Porque, ante las investigaciones de la UIFE en el combate a la corrupción, no existe autonomía constitucional ni división de Poderes, que impidan integrar expedientes a Hernández Chavarría y su equipo, al detectar patrimonios que no cuadren con los ingresos devengados.
Que el cabecismo ponga las barbas a remojar, porque a la UIFE ha llegado un contador experto en el tema y con la escuela de Santiago Nieto perfilada.
