Alguna vez estuve sentado en la misma mesa con el ahora titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, una comida a la que fui invitado por el ex presidente del Instituto Electoral de Tamaulipas, Jorge Luis Navarro Cantú.
En un salón del Casino Victorense estaba la plana mayor del Consejo General del Ietam y el presidente del Tribunal Electoral Miguel Gracia. Quedé sentado a la izquierda de Santiago Nieto, apersonado en Victoria para firmar un convenio con el Gobernador Egidio Torre Cantú, que blindara la elección de 2016.
Sentada en contra esquina mía, estaba una victorense que formaba parte de su equipo: María Teresa Guerrero Igartua. Ella había trabajado con Ramiro Ramos Salinas, ex presidente del PRI y del Congreso del Estado, según averigüé.
Viene a cuento lo anterior, porque Santiago Nieto escribió el libro bautizado “Sin filias ni fobias” (enero 2019), en donde relata con fina pero contundente pluma, los principales acontecimientos que vivió al frente de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales, de 2015 a 2017.
Narra el apoyo brindado por los senadores Miguel Barbosa y Roberto Gil Zuarth, para encabezar a la FEPADE, la intervención de Jorge Márquez, Oficial Mayor de Miguel Osorio Chong en Gobernación, durante su remoción, la asesoría en el IFE con Alonso Lujambio y la invitación de Marcelo Ebrard para incorporarse a la campaña presidencial de López Obrador.
“Los gobernadores no estaban muy dispuestos a trabajar conmigo”, escribe en la página 164 Santiago Nieto, destacando el papel de Guerrero Igartua, “hábil en la relaciones públicas”, para suscribir aquel acuerdo.
“Finalmente el mandatario tamaulipeco aceptó colaborar con la FEPADE”, dice Santiago Nieto. Todo indica que el blindaje electoral contribuyó para que la doble alternancia saliera de las urnas y pintara de azul a Tamaulipas, “que no vivía su mejor momento”, escribe el abogado queretano.
Francisco García Cabeza de Vaca obtuvo 721,049 votos, un incremento notable de 112% sobre la cosecha del PAN en 2010. Mientras que el candidato del PRI tuvo un enorme desplome de 192 mil votos.
“Tamaulipas fue el modelo a seguir”, concluye.
