El 17 de febrero de 2023, el periódico Mirror publicó el reportaje “Inside twisted serial killer’s abandoned home containing creepy dolls” (Las muñecas espeluznantes dentro de la casa abandonada de un retorcido asesino en serie), firmado por el periodista Charlie Jones.
El video muestra una casa abandonada, sucia y mohosa, en la que destacan decenas de muñecos infantiles de apariencia espeluznante.
Los monigotes, alineados en las paredes, lucen la ropa cubierta de polvo y decolorada por los rayos del sol, prendas con las que fueron abandonados hace varios años.
El inmueble, casi oculto por las enredaderas y alguna vez cubierto por unos tablones hoy ya desvencijados, fue hallado por un “explorador” que publica en su cuenta @places_forgotten, el cual señala que en un principio no sabía a quién perteneció la casa, hasta que la policía de Delaware le indicó que el dueño fue Steven Brian Pennell, El asesino de la Ruta 40.
Dicha arteria fue recorrida en muchas ocasiones por Pennell, que en los años 80 del siglo XX asesinó a varias autostopistas, a las que después simplemente tiró a la orilla de la carretera con extrañas huellas de tortura.
La pesadilla comenzó en 1981, cuando una pareja de novios halló el cuerpo semidesnudo de una mujer. El cadáver mostraba marcas de ligaduras y una herida en la cabeza, misma que le causó la muerte.
A partir de entonces los cuerpos se acumularon, hasta que una agente fue infiltrada en la zona donde se movía el predador. Unas fibras color azul tomadas de la alfombra del auto de Penell llevaron a la captura de este electricista, casado, padre de dos hijos.
No se sabe con exactitud la cifra exacta de víctimas de Penell, pero el hecho es que las torturó y mutiló antes de matarlas, aunque nunca abusó sexualmente de algunas de ellas.
En 1989, Penell fue condenado a dos cadenas perpetuas. El asesino apeló el veredicto y solicitó que fuera condenado a muerte. En su discurso en la corte, Penell habló en tercera persona señalando que él era inocente y que el verdadero asesino seguramente estaba sentado en su casa viendo televisión.
Steven Brian Pennell recibió la inyección letal el 14 de marzo de 1992, convirtiéndose así en la primera persona ejecutada en el estado de Delaware en los recientes 46 años.