La actividad de un asesino serial en una determinada región no sucede con frecuencia, por lo que es aún más extraño que actúen más de uno en la misma ciudad y al mismo tiempo, que es lo que ocurrió en la ciudad de Santa Cruz, California, a principios de los años 70.
Santa Cruz fue un punto de confluencia de tres asesinos seriales. Uno de ellos es la estrella de la serie Mindhunter, el señor Ed Kemper, un hombre que rebasó los 2 metros de estatura pese a que su madre lo alimentaba solo con cabezas de pescado.
Kemper asesinó a nueve mujeres y un hombre. Entre las víctimas figuran su abuela, su abuelo y su madre. Sus abuelos, por cierto, fueron los únicos en no ser decapitados por este gigante cazador de cabezas.
Kemper libró la pena de muerte, pero tras su detención en 1973, fue enviado a la Prisión Estatal de Vacaville, donde, de acuerdo con sus abogados, lleva una vida tan feliz que ha rechazado varias oportunidades de solicitar su libertad condicional.
Herbert Mullin nació el 18 de abril de 1947, el mismo día del terremoto de 1906 que devastó la ciudad de San Francisco. Después de varios años de consumir drogas a granel, el hombre comenzó a escuchar consejos celestiales acerca de llevar a cabo un ritual para prevenir terremotos.
Utilizando puños y pies, armas de fuego y cuchillo, Mullin asesinó a 13 personas, la mayoría hombres, de edades entre cuatro y 72 años.
Edmund Kemper y Herbert Mullin compartían un pasado psiquiátrico que no fue atendido del todo. Cuando el entonces gobernador de California, el ex actor Ronal Reagan, decretó el cierre de los hospitales de enfermedades mentales, lanzó a los enfermos a un mundo en el que no encajaron.
El 10 de febrero de 1973, Mullin caminaba en el Parque Estatal Henry Cowell Redwoods cuando observó a cuatro jóvenes que acampaban. Fingiendo ser guardabosques pidió a los visitantes que se marcharan. Los campistas ni se inmutaron y más bien se burlaron del hippie que tenían enfrente.
Al día siguiente, Mullin regresó para matarlos. Los cuatro cuerpos fueron hallados una semana después. El 13 de febrero, el asesino –en un completo estado de delirio— acabó con la vida de un anciano que podaba el pasto de su casa. Era de día, había decenas de testigos. Fue cuestión de minutos para que la policía lo capturara.
Mullin vive en la Prisión Estatal de Mule Creek. Tiene 72 años y es muy posible que su próximo aniversario lo celebre en libertad.
En un contexto de comunas hippies, donde las drogas eran parte de la dieta diaria de los jóvenes, apareció John Linley Frazier, quien después de tener un matrimonio estable y ser “un marido ejemplar”, comenzó a ingerir LSD y a llenar su cabeza de imágenes y mensajes.
Uno de estos últimos, directamente de Dios, le explicó que tenía que salvar al planeta. Así que Linley no lo dudó y abrazó la causa ecologista, a la que añadió lecturas místicas.
En su estado alucinatorio cotidiano, Linley fue nombrado “agente de Dios” por alguna autoridad celestial, y su nuevo cargo le autorizó asesinar al oftalmólogo Victor Ohta, a la esposa y dos hijos, así como la secretaria de éste.
En 1972, Linley fue condenado a muerte, pena que posteriormente fue conmutada a prisión de por vida. En 2009, sin embargo, este agente de Dios se ahorcó en su celda.
@compalobo
