Nuevo León es fundamental para la encuesta de Morena que proyectará a su próximo candidato o candidata a la Presidencia de la República en 2024. Nuevo León nunca ha sido un semillero de votos, aunque sean demoscópicos. La importancia del estado radica en su actividad económica, su conservadurismo, sus medios de comunicación y, sobre todo, como laboratorio político: en una zona de derecha, Andrés Manuel López Obrador se impuso a Ricardo Anaya y a José Antonio Meade.
El ministro de Exteriores, Marcelo Ebrard, carece de estrategia de interiores, al menos en Nuevo León. Hace meses se formó un grupo para apoyar su corcholatería y, sin embargo, solo ha servido para quejarse, por ejemplo, en la reciente visita que realizó la jefa de Gobierno de la CdMx a la que calificaron como una “cargada”.
Las actividades oficiales le dejan poco margen de maniobra a Marcelo, quien tiene que inventarse otras maneras de hacer propaganda, sobre todo digital, a través de Instagram, Tik-Tok o sus recientes entrevistas en YouTube con temas vigentes, como las españolizadas pláticas de Ernesto Zedillo y Felipe Calderón. Ebrard es un vacío en Nuevo León, su visita casi desapercibida a principios de mayo fue abrir una nueva sede de la Secretaría de Relaciones Exteriores en Paseo La Fe, hasta ahí.
La penetración del secretario de Gobernación, Adán Augusto López, es singular. Su desempeño en la crisis del agua le aportó muchos bonos, sobre todo en el círculo rojo y en redes sociales, aunque no en el “pueblo bueno”. Su trabajo de rescate hídrico vino acompañado de una actitud conciliatoria con la sociedad y, por tanto, aleatoriamente con el gobierno de Nuevo León.
Su trabajo “político”, calificar desde hace semanas de hipócrita al gobernador constitucional del estado libre y soberano de Nuevo León, lo llevó a confrontarse con la rancia clase conservadora y vidaurrista del estado cuando aseguró que en Tabasco eran más inteligentes que en el norte del país. La andanada de críticas de Adrián Augusto en contra del gobernador de Nuevo León prosiguió cuando despectivamente llamó al titular del Ejecutivo como “Samuelito”.
Para avanzar, el secretario de Gobernación tendrá que revisar su estrategia porque, aunque le corresponda al Congreso de Nuevo León, la encomienda del presidente Andrés Manuel López Obrador de exhibir a los estados (Movimiento Ciudadano en nuestro caso) como obstáculo o facilitadores de la Guardia Nacional en las calles recaerá en García Sepúlveda, para bien o para mal. El próximo martes sabremos, por la visita del secretario de Gobernación a Nuevo León, el saldo positivo o negativo del gobernador. La presencia como corcholata de Adán Augusto en nuestro estado se encuentra en la medianía.
Quien asciende en Nuevo León es Claudia Sheinbaum gracias a un trabajo horizontal que va desde comités de organización hasta presencia municipal en bardas. Su imagen de conciliación en un estado conservador, ayuda, también su acercamiento a los ciudadanos, a los estudiantes, a los empresarios pymes y grandes empresarios.
Sus giras nacen de una política de composición, nunca de conflicto, así asista al Primer Informe de García Sepúlveda o a dar entrevistas con los medios de comunicación más influyentes del estado. Por sus recientes visitas a Nuevo León, Puebla y Chihuahua, Sheinbaum demuestra una infraestructura de organización de la cual carecen las corcholatas masculinas. Hasta ahora Claudia encabeza visiblemente en Nuevo León el voto demoscópico de Morena. Si Marcelo y Adán Augusto no reparan en que lo anterior se convertirá pronto en tendencia, perderán su oportunidad con los nuevoleoneses.
José Jaime Ruiz@ruizjosejaime - ww.lostubos.com