La Nobleza consiste en la acumulación virtuosa de actos heroicos sustentados en la voluntad de honor y servicio a los demás. Funda su esencia en la lealtad incondicional. Evoca los más profundos sentimientos de bondad a la vez que provoca la entrega desinteresada y apasionada por complementar los afanes de los otros por adquirir sabiduría y sentido de la justicia. Es la dignidad de la razón que ilumina la inteligencia de aquellos que han contribuido a enaltecer el espíritu para obsequiarnos una ejemplar disposición a entender y enfrentar los designios del destino en grado superlativo. Es apología de la sinceridad.
Nosotros es un concepto luminoso que representa la negación del egoísmo que segrega y aísla. Es el antídoto resiliente que contrarresta los efectos nocivos del individualismo recalcitrante que lacera y carcome el sentido de solidaridad. Se trata de un yo colectivo que asume la búsqueda del bien común como principio sustancial y encuentra su esencia en el equilibrio y la justa distribución de la riqueza colectiva. Significa estar juntos pero con aspiraciones de unidad y fortaleza en el más elevado espíritu de equipo para conseguir metas ambiciosas. Es disposición del ánimo que se entrega desinteresadamente por conseguir el bien general.
La Nación representa, para cada uno de nosotros, el lugar que el oráculo del destino dispuso para ver la primera luz. A ella arribamos ajenos a las circunstancias históricas así como a contextos ideológicos o ideas políticas que coexisten a pesar nuestro. Es el sitio donde se funda la experiencia vital que nos señala el origen y el rumbo de la trascendencia como especie. Su significado más poderoso expresa el anhelo de libertad y democracia a más de que es motivo de orgullo y genofilia. La vida comienza aquí y somos responsables de transformar las condiciones para crecer y civilizarnos.
Natura es el entorno ecosistémico donde la energía vital descubre su origen primigenio. Es el lugar en el que los elementos generan dinámicas que estallan en algarabía festiva y la feracidad se manifiesta plena de armonía sustentable. En ella la belleza, a veces agreste y otras, sublime, ruge y fluye con sensualidad. Es antípoda de la cultura y, empero, asimismo la que la envuelve con el manto de la lógica en los mecanismos ambientales que generan la hermosa y compleja sinfonía de la vida. Es menester imitar sus procesos y poseerla en la intimidad del encuentro amoroso con su esencia.
Lo nuevo es una alegoría fulgurante que pretende romper con las dinámicas de lo cotidiano para transformarlo en antítesis de la trivialidad y el aburrimiento. Simboliza la conjunción entre las aspiraciones y los deseos que permite experimentar la sensación placentera y, a veces, egoísta, de poseer los últimos avances de la moda. Es percibir la frescura de la invención cuyas cualidades se sustentan en la renovación como estrategia de la verdad que potencia la innovación. Su presencia reúne los atributos de la satisfacción con el encanto de la prístina felicidad que se impone sobre lo común y corriente. Es actualidad.
Jorge Fernández Acosta
