Política

Yo no sé qué vendrá, tampoco soy adivino…

  • Areópago
  • Yo no sé qué vendrá, tampoco soy adivino…
  • Jesús de la Torre T. Pbro.

“Yo no sé lo que vendrá, tampoco soy adivino, pero firme en mi camino, hasta el final he de seguir”, es expresión del poeta Argentino, Martín Fierro, comentado por el que fuera Arzobispo de Buenos Aires, hoy, Papa Francisco, quién recogió sentimientos de hombres del campo, de este poeta vagabundo, que muchas décadas después, volvió a su terruño, cuando ya juzgaba que se habían olvidado de la persecución de un juez, que lo acusaba de un homicidio. Entonces regresó a su tierra para buscar a su esposa, si es que aún vivía, y reconocer a sus hijos que los trató de niños, y ahora tenía que hacer muchas preguntas para saber si también ellos existían. 

Los olvidados y los pobres en esos calendarios de vida hilvanan su existencia.

Allá por el año 1999, un grupo de nueve sacerdotes de la Diócesis de Torreón, a las puertas de la Catedral de San Luis Potosí, nos encontramos con el Obispo Balbuena, gran amigo de Dn. Luis, a quien le preguntamos qué era ser Arzobispo, y rápido nos contestó, “Arzobispo es aquello por lo cual y sin los cual, todo sigue igual”. 

Nos quedamos contentos, porque Dn. Luis, para Torreón, había sido un inteligente y hábil pastor diocesano. El consuelo era que seguiría su caminar.

Santa Teresa nos dice que la vida es una mala noche en una mala posada. La verdad es que con el sol del día, cambia la vida, y la vida sigue igual. El escritor español, Unamuno, escribe un libro que intitula “Agonía del cristianismo”. 

Pero él usa el término en el sentido clásico, no como estertores de moribundo sino como la lucha de quién sabe que la refriega es dura, que no hay que huirla y que en enfrentarla hay gran mérito. 

Todo esto viene a propósito de que se abren mucho las disciplinas duras que traíamos los mexicanos a propósito del COVID-19, y que siguiendo la preocupación igual que antes, sólo nos dicen que no dejemos de lavarnos las manos frecuentemente, la sana distancia, el tapabocas, lo suficiente amplio para que de ser posible llegue a los ojos.

“Sanitizar los templos”, ¿Qué no estaban cerrados? En lo que deben abundar es en cucarachas, moscas, moyotes, arañas, que abundan cuando no hay un frecuente aseo. Otras cosas que mejor es callarse. 

Ahora lo que queda, es que como acción pastoral, no se adopte una actitud de miedo al pueblo, guardando las debidas cautelas, ya que qué culpa tiene de tantos descuidos con los que se le endilga un trato inadecuado. 

AVISO: el P. Tobías de la Torre agradece a todos cuantos piden por su salud.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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