Política

La violencia que cada día crece y se modifica

  • Areópago
  • La violencia que cada día crece y se modifica
  • Jesús de la Torre T. Pbro.

Allá por 1970, cuando reinaba en el país, Luis Echeverría Álvarez, se llevó a cabo un retiro espiritual en el presbiterio de Torreón, dirigido por el P. Rodolfo Reza, sobre la preocupante violencia en México que como signo característico de aquel momento, cada día crecía más y se inculpaba al Estado mexicano en tiempos en los que comenzábamos a llamar de “guerra sucia” y algo de lo que más alarmaba, era que no se le veía para cuando aquello terminaría. 

Pocos años después el pueblo respondería con la guerrilla urbana y la rural. 

Lo que entonces se veía como un comienzo se pensaba que debería tener un final. No fue así.

Desde antes de estos recuerdos, la Iglesia Católica expresaba sus preocupaciones y suplicaba la paz, como en la Carta Pastoral sobre el Desarrollo e Integración del país en 1968, y otra más contundente poquitos años después, en 1973 en la que se pedía a los católicos que fueran más contundentes en su participación en la vida política del país. 

Las guerrillas en sus distintas modalidades, no eran soluciones pero no dejaban de preocupar las inquietudes de jóvenes de ambos sexos, adentrados en políticas internas de violencia y algunos recluidos en las cárceles, con absurdas acusaciones y que pedían a los obispos, que si no los podían comprender, que de favor los visitaran en las cárceles y que no hablaran más de ellos.

Por los años ochentas y noventas, muchachos y muchachas ganaron las calles con la violencia de pandillas, animados por las drogas y al amparo de una ideología donde en familia cada quien hace lo que quiere y no hay nadie quien los frene. 

Pronto se sienten libres para robar; luego robar y matar. 

Las autoridades con lo único que los frenan es con dádivas, sobre todo cervezas y la pronta salida de la cárcel o el facilitarse irse para la frontera norte donde no se les conoce.

En los tiempos actuales la violencia está muy modificada por el tráfico de drogas y la facilidad de comprar y vender armas. 

El Estado mexicano, de unos pocos años acá, ha modificado sus políticas públicas de atención a los jóvenes, proporcionándoles trabajo, capacitación para el trabajo, becas para que estudien, acceso a universidades extranjeras, etc. 

Pero este quehacer público ya encontró unas raíces muy profundas cultivadas por el amor al dinero en lo que es muy hábil el mundo del narcotráfico. 

Pero un quehacer que va a las raíces de la violencia, sí tiene esperanza. A eso hay que apostarle.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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