El pasado 12 de octubre, el Papa Francisco incluyó en la lista de los santos a John Henry Newman.
Inmediatamente el Príncipe de Inglaterra, manifestó el gozo de la Iglesia Anglicana, señalando que Newman era Anglicano y Católico, gloria de las dos Iglesias.
La Iglesia Anglicana nació en las disputas que se sostuvieron en el siglo XVI, entre el Rey Enrique VIII y el Papa en turno.
Inglaterra al separarse de Roma, quedó bajo el mando del Rey y en consecuencia, de los sucesivos jefes de Estado, conservando el Dogma, la Liturgia y otras disciplinas eclesiásticas que en aquel entonces tenía la cristiandad.
De ahí tantas semejanzas entre la Iglesia católica y la Anglicana. A mediados del siglo XVI, vino la Contra Reforma de la Iglesia católica, en la que ya no participó la Iglesia Anglicana.
Newman fue beatificado por el Papa Juan Pablo II. Benedicto XVI no dejó de expresar su admiración y ahora es canonizado por el Papa Francisco con un amplio beneplácito. John Newman nace en Inglaterra en 1801 y muere en 1890.
Es un presbítero anglicano que le mueve la inquietud honda para investigar cuál era el origen apostólico de la Iglesia Anglicana.
Desde joven presbítero comenzó a desarrollar una teología de límites, que se movían al filo de la nava entre anglicanismo y catolicismo. De él se conservan siete tomos intitulados “Homilías Parroquiales”, en su ministerio en el anglicanismo.
En 1844, se convierte al catolicismo y dos años después ejerce ya su ministerio como presbítero católico.
A partir de entonces, se establece en Londres y funda un Oratorio, de San Felipe Neri, desde donde publica libros sobre espiritualidad, teología e historia.
Pronto se le reconoce como una personalidad muy destacada, tanto de la Iglesia Anglicana como de la Iglesia Católica.
Pero sus inquietantes escritos, llenaron de inquietud tanto a la Iglesia Anglicana como a la Iglesia Católica, razón por la que en sus últimos años, permaneció en una vida casi oculta. El Papa León XIII lo incitó a levantar cabeza, nombrándolo Cardenal de la Iglesia Romana, en 1889. Poco después, murió.