El 3 del presente agosto, un grupo de 10 mineros quedaron atrapados en una mina de carbón, en el municipio de Salinas, Coahuila.
Es una atención al hecho por parte del pueblo y de la nación, donde influyen los modernos medios de comunicación.
El trabajo bajo en las honduras de la tierra, siempre es de mucho impacto.
Los mineros son los protagonistas al ganarse la vida mediante un trabajo, de alguna manera forzoso, ya que si tuvieran otro más digno, no acudirían a los centros mineros.
Como enjambre de abejitas, se acumulan ciudadanos en torno a la abertura del pozo.
Cada uno se echaran un clavado para salvar a sus prójimos, que no se sabe cómo sobrevivan, si respiran y a que amor imploran porque se sienten necesarios en la superficie de la tierra, para velar por su esposa, sus hijos, sus papás, sus amigos.
Se asoman al mugre de pozo, muchos curiosos, trabajadores que tienen como único quehacer salvar a quién no conocen, pero es su prójimo.
Llegan ahí autoridades municipales, estatales, el Presidente de la República.
Muchos medios de comunicación con la buena intención de informar al país y algunos otros a ingeniárselas para ver como hablan mal de gobierno federal actual.
Se trata de un acontecimiento que sucede entre mineros que no debiera de darse, si se protegiera bien a los trabajadores mineros.
Se merecen mejores condiciones laborales, más cuando se observa la enorme riqueza que acumulas los dueños de las minas.
Esto no pasa sólo en México. Hay reportes de los Estados Unidos, en Canadá, en Inglaterra, en Rusia, en Alemania, etc. Pero tal acontecimiento pone a reflexionar sobre las condiciones del trabajador, que se ve obligado a aceptar trabajos de alto riesgo por la necesidad de vivir con dignidad.
Los trabajos de riesgos se dan en muchos sectores del mundo laboral.
En algunas ocasiones se aceptan con algunas consideraciones, como algunos casos de médicos, pero en general entre los pobres, como son los mineros, sólo se busca que acepten.
Cuando esto sucede, estamos frente a lo que no tan fácil advierten las autoridades laborales y que sólo se puede prevenir con layes laborales serias, que vean por los más afectados en la sociedad, por aquellos que no ven otro remedio para vivir que aceptar el trabajo que les puede llevar a la muerte y no porque sean suicidas, que se ve el amor hondo cuando en torno a la boca del pozo se apiñan tantos con lágrimas y ansias de que vivan quienes están en gran peligro.