Cualquier periodista e informador, medianamente informado sobre religión, hablan de que la Iglesia Católica va perdiendo feligreses.
Se acusa a muchas causas pero una de ellas que fastidia mucho al pueblo común y corriente, es que la Iglesia tiene requisito de sobra para recibir los servicios que se desean.
Otra puede ser el que la misma Iglesia no tiene modos para explicar a los fieles, con argumentos convincentes, la validez y la necesidad de los requisitos que se piden en el entendido de que cuando hay modos, la gente los agradece, pero cuando se es feo de modos, ni el Padre Nuestro cantado en opera, es bien aceptado.
Ser buenos de modos es como una regla de oro, porque no cabe duda de que a nadie le cae bien un requisito que lleve altanería en su información y la gente como feligrés, se sienta agredida o ninguneada.
Tanto los sacerdotes como los equipos laicos que están a cargo de alguna tarea evangelizadora, actúan como si la Iglesia estuviera en su mejores momentos de adhesión, mientras se difunden noticias de abusos de Iglesia, a veces magnificados, pero para los que hay creyentes disponibles no sólo en la religión propia sino también para personas de otras religiones disponibles para la crítica mordaz.
Cae mal el que para el inicio de un curso de catequesis y tareas semejantes, se cobre inscripción, ya que en la Biblia se nos recomienda que, lo que de gracia se recibió que se comunique gratis.
Otra cosa son los textos escolares, que como en cualquier centro de enseñanza, los textos se necesitan para seguir la enseñanza.
Un niño o niña, por pequeños que sean, forman parte del Pueblo Santo de Dios, y ni es bueno que se pierda esta esencia seglar por una Primera Comunión o Confirmación, para la que de repente aparecen con vestidos de religiosos o religiosas, para una ceremonia, que por muy tardada que sea, se va a llevar dos horas, y terminada esta, se acabó la utilidad del ornamento.
Hay muchas otras rarezas ordinarias que obstaculizan la evangelización, tarea primordial de la Iglesia.
Hay que ejercer una apertura pastoral. Facilitar caminos, abrir puertas ya que de todas las denominaciones cristianas está saliendo el feligrés, a veces, casi de estampida y no es tan atinado el que el mundo se llene de prácticas supersticiosa, porque en su Iglesia no fueron adecuadamente atendidos.
Lo gacho es que para la primera tarea de un evangelizador, no da el ancho porque en algunos de los casos, la avaricia del dinero le ganó.