Y para la sección “¿No que no tronabas pistolita”, Donald Trump decepciona una vez más a los paleros de Alazraki al recular y posponer los aranceles en materia automotriz. Aunque los peces gordos de la industria lo hubieran tratado como él trató a Zelenski, no tenía que salir chimultrufiando aunque fuera gerundio.
Mi Donald puede seguir aceptando las órdenes de Moscú o de los meros machuchones, pero antes tendría que pensar en su fanaticada mexicana que es como la muñeca fea. Sé que el #SacoDePus, la Pagés y Kinky Téllez no representan gran cosa, pero tienen su corazoncito del lado ultraderecho y merecen respetillo. Bueno, hasta Verástegui el neo cristero, tuvo que salir a tuitear un rollazo del mar muerto para terminar apoyando a Trump con su discurso guango y rivapayachoso sobre México.
¡Que alguien piense en los ninis derechairos, sobre todo ahora en que andan de capa caída. Ahí tenemos a la Rabadán que todavía anda grogui después de que la aguerrida diputada morenista, Andrea Chávez encontró que el orgullo del nepotismo de la panista es su hermano. Dice ella que su bro vive en la justa medianía, debe ser más bien en la Edad Media. Y qué decir de la banda de Chiflano Aureoles que, entre que se les cayó el wifi o se hace como Tío Lolo, han bajado el perfil y nomás no manifiestan su apoyo solidario de su líder político y socio comercial. Ni Roberto Madrazo, Loret #Lord Montajes, Brozo el Trujillo derechoso han salido al quite. La señora Gálvez por más que trata de ganar un poco de atención, sus dichos son tan intrascendentes como siempre. Solo a ella se le ocurre tratar de dar lecciones de política a la presidenta Sheinbaum. Está como Vicente Fox que quiso hacer lo propio, pero no se dio ni siquiera una peinada. La Opo ya perdió el glamour.
Afortunadamente no todo estuvo mal para el muchacho chicho del desgobierno gacho, Donald Trump, que para demostrar sus dotes democráticos y su vocación libertaria, echó del recinto legislativo al congresista Al Green, sólo porque lo estaba cuestionando. Imagínense lo que pasaría si después de uno de sus espectáculos performanceros de pobre y reguetonero gusto, la señora Téllez fuera sacada del Senado. Se haría la vístima de aquí al infinito y más allá.
Para acabarla de molar, Trump pospuso otros aranceles. Cómo van las cosas los aranceles los va a terminar pagando él. Qué muchacho tan loco.