Aquí, diferiré de varios queridos compañeros del oficio periodístico como mi Carmen Aristegui que no están de acuerdo con el nuevo ejercicio de las Mañaneras de reconocer a los mejores productores de noticias falsas de la semana. Desde mi perspectiva, se trata de incentivar el espíritu competitivo y de superación personal para que la gente, acicateada en su espíritu wanabí y aspiracionista, sea capaz de desarrollar su talento hasta producir más y mejores contribuciones a la pandemia de la infodemia.
En México hay talento para las fake news, pero hace falta apoyarlo. Tristemente, hemos dejado esta tarea tan importante en manos de personajes muy limitados, voluntariosos e improvisados. No puede ser que en una materia en la que hemos sido campeones en 80 años de PRIAN, ahora seamos incapaces de crear una mentirijilla piadosa medianamente verosímil.
La mentira es una de las bellas artes y no se vale dejarla en manos de una bola de mediocres que han pervertido tan noble oficio por culpa de su pésimo y reguetonero gusto.
O sea, nos dijeron que por culpa de las vacunas nos iba a salir ocho ojos, que los comunistas nos iban a comer las entrañas, que nos íbamos a venelozanizar y la única forma de venezolanización fue que se ganó el Miss Universo; que el dólar iba a planchar al peso, que se iban a ir los capitales, que nos íbamos a morir todos, toditititititos de Covid; ah, y que no hay libertad de expresión y en coro el sectors opositors todos los días le mienta mediáticamente la madre al sátrapa de Macuspana.
Bueno hasta Ricky Riquín ya le subió al tonito y pasó del “¡Me da mucho coraje!” (se dio cuenta de que a nadie le importa lo que le da o no coraje) al “¡Qué carajos va a informar!” con su nuevo cortecito de pelo tipo estudiantina del CUM. Bueno, un tal Yañez, actor del que solo se acuerdan porque cachetea periodistas, afirma que quienes reciben apoyos del gobierno son una bola de mediocres y huevones. Incluso se ha desatado un extraño fenómeno: ahora resulta que todos votaron por AMLO y están arrepentidos como el señor Lalo España que, por el encono y las cosas que gruñe (corrupción, muerte, atraco, escasez, transas), más bien parece que se refiere a mi licenciado Peña, o Calderón, o Fox y así. A menos que haya vivido en Suiza. Doña Márgara Francisca se la va a aplicar por hablador.
Dignifiquemos tan admirable oficio.
La competencia alimenta la ambición, por el bien de México, “Más y mejores Fake News”.
Jairo Calixto Albarrán