Cuando los oyes hablar sobre el comunismo, sus ataques a la izquierda y el deseo nada velado de que haya un golpe de Estado en Venezuela, no se sabe si se trata del mugre de Almagro, Derechín Sabina o Facho Cano. De hecho, me dicen que el ex de Mecano ya está preparando el “México se va a convertir en Venezuela”, el musical, con migrantes explotados en esa mina de carbón, y donde María Corina Machado encarnará a un Simón Bolívar neoliberal que le entregará el petróleo a Elon Musk, que será encarnado por Juan Guaidó con su mirada desgobernada.
Estos personajes sin duda lamentaron profundamente que la OEA, esa cosa tan lerda, no haya logrado los consensos internacionales para que Maduro fuera considerado más genocida que Netanyahu y que la hermana república bolivariana fuera declarada protectorado. Qué gacho que las estrategias de manipulación informativa y melodrama reguetonero prianista a las que recurrieron los opositores mariacorinistas, que están más xochileros que nunca, hayan fracasado. Solo a la ultraderecha venezolana se le ocurre copiar las burdas e inútiles estrategias de la ultraderecha mexicana para superlosers.
Algo que solo se puede comparar con María Amparito Casar, la reina de las pensiones de altísimos ingresos, que se molesta porque quienes defienden a la sobrerrepresentación solamente se basan en la Constitución y no en las necesidades urgentes de la ministra Piña por seguir viviendo como Imelda Marcos mientras le resuelve la vida a la muy desvalida e incomprendida oligarquía.
Les digo que a la derechairiza en éxtasis le urge una terapia de choque o un exorcismo o una psicomagia jodorovskiana, pues anda cual sisifos arrastrando piedras. Neta, no puede ser que hayan caído en el garlito de hacer un desplegado llamado melodramáticamente y con violines incluidos “Contra el fraude venezolano” que, además de estar firmado por los mismos que apoyaron el fraude foxista-calderonista de 2006, y a los intelecuáles voxistas que sin rubor apoyaron a la candidata del huipil. Lees los nombres de los muy salinistas-zedillistas-peñistas abajofirmantes y te dan ñáñaras, empezando por Vicente Vox y Calderón, la Pagés, Murayasamí, Álvarez y Guasa y Acosta Guadajo, que desprestigiarían hasta a El Yunque; gente que se empeña en boicotear la construcción de una derecha no neuras, sino saludable. Por algo Denise Dresser no quiso estampar su poderosa derechosa.
El mero guarumo del Show de terror de Xóchitl.