La maestra Gordillo puede estar orgullosa de que su legado persiste y pervive en personajes como la dotora Dresser, Margarita, Xóchitl, la Rabadán, el ChikiliQuadri (su candidatazo azo azo) y, por supuesto, Sandra Cuevas. Mucho le deben a esta notable doña que es un costal de mañas, con las que controló el SNTE, el sindicato charro por excelencia, siempre a las órdenes del gobierno en turno, bajo la lógica de la CTM por Fifidel Velázquez.
Convertida en emisaria del pasado, la Gordillo regresó como defensora de la democracia y del INE, a pesar de que era un chiste que se contaba solo. Seguro porque veía a mi Tatankita Córdova, Ciro Murayamasamí y a Edmundo Jacobo cual émulos de Miguel Ángel Yunes, pues convirtieron a la institución en una sucursal de la Coparmex y del prianchuchismotresequisgonzalista. Y más torcido aún que ella se hermanara en esa lucha combativa con Roberto Madrazo, quien fuera su acérrimo enemigo y con el que comparte el gusto por los mapaches amaestrados.
Digo, aunque no se le puede reprochar a la Gordillo que trate de deslindarse de Yunes (nomás nombrarlo dan ñáñaras), pero es de sobra conocido que fue su peón en el tablero político como puede confirmarse —sin especular a lo Sarmiento— hasta en la Wikipedia. Así, Yunes pasó de manera muy cuestionada de una chamba a otra hasta que logró colarse a la gubernatura de Veracruz donde hizo ridis y trapacerías. Elba Esther fue su madrina hasta que, fiel a su costumbre, Yunes la traicionó de manera grosera cuando se acomodó en el Calderonato donde, dice la maestra, Jelipillo lo defendió mostrando que su vocación es la de dictadorzuelo al ritmo de “Te esperamos con el ejército”.
A lo mejor Elba Esther ha estado tan cerca del prianchuchismo y de Chente Vox, que le pegaron el Alzheimer selectivo al que recurrieron para olvidar su bonita relación con García Luna Productions. Lo mismo pasará también con los panistas del Cártel inmobiliario conforme avancen las investigaciones, quienes los defienden pasarán convenientemente a olvidarse de Romero, Taboada y Von Raterich.
Mientras tanto, a pesar de los perros osos en el Senado con su show porno de botargas del doctor Simi, la oposición va a la Tremenda Corte a impugnar todo. Seguro la ministra Piña, que es peñista de corazón, y seguro fan de la Gordillo, va a declarar inconstitucional todo, menos las cadenas de amargura.
Tan cerca está la Gordillo de Madrazo, que debe ser la jefa de redacción de Latinus.