Díganme tiquismiquis pero hasta dónde sé, los mexicanos somos prácticamente catadores de marchas, somos marchólogos. Sabemos de qué va cada marcha, quiénes las componen, cuáles son sus consignas, si nomás son de parapeto o tienen una exigencia genuina... tanto así que cual somelieres podemos saber con solo olisquear el buqué de añejamiento de los marchantes, quiénes son los de a de veras, cuáles los puros mirones, dónde están los infiltrados y de qué pie cojean las orejas de gobernachong.
Es por eso que hasta resulta pitorreable que algunos ex izquierdistas que se me aburguesaron gacho, salgan derechosientamente a exigir más y mejor re re represión y aplauden a los policías que madrearon a Melanie o armaron levantones a la salud de Kike Alfaro, el mejor alumno de Lady Chancla.
Así que, por lo tanto, y tomando en cuenta todo ese conocimiento acumulado, algunos no deberían de andar confundiendo a los anorko-anarkos con la Brigada Marabunta como ha hecho Javier Alatorre. O sea, los anarkos-darketos-rockeros-cumbieros pues son más bien como prestadores de servicios al servicio de quienes se divierten jugando a los halcones contra manifestantes; en cambio, la Brigada Marabunta es un grupo bien entrenado y uniformado que busca las maneras, entre otras muchas cosas, de impedir que la violencia, los excesos y los abusos cundan en las movilizaciones sociales. Y creer que incitan al caos y al desorden, como afirma Javier Alatorre con la misma histeria con la que negó a López Gatell, sería como creer que los Panchos Villa en realidad son los encuerados de los 400 Pueblos, o que las feministas son iguales a los de Antorcha Campesina o, peor aún, como si con todo el expertise del que lo dotó García Luna Productions, el expresichente CaldeRón no se las hubiera olido que La Barbie —mientras le preparaba sus famosos “shots de tequila”— era un informante de la DEA y el FBI, papaw.
Bueno, eso sí es lógico, si el marido de Margarita no sabía que su bróder era corre ve y dile del Chapo, todo lo demás está demás.
Con razón la sonrisa de La Barbie era más enigmática que la de la Gioconda.
Supongo que Jelipillo se va a sentir arropado cuando Krauze le elogie su borolesca gallardía. Y no dudaría que hará lo mismo que el señor De Hoyos, de la Coparmex, a hacer el oso polar con el Rey de España, en el mejor estilo de Miramón y Almonte. Claro, don Felipe se lo regresará a los de VOX, digo al BOA BOA.
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