No dejan de tener la razón aquellos xochilovers que quieren comparar a Julian Assange con Carlitos Loret, dos personajes mediáticos, personajes que se parecen tanto entre ellos que no pueden engañarnos. Quizá la única diferencia es que mientras Lord Montajes se especializó en montajes a lo García Luna Productions, Assange se enfrentó con el Tío Sam. Y ya ven cómo es el tío, que por revelar sus más íntimos secretos injerencistas imperialistas, persiguió y linchó al australiano de una manera un poquito atroz. Si Julian se hubiera dedicado a elaborar dudosas escenas informativas, no habría padecido encierros, represiones ni torturas psicológicas, y ahorita estaría dando fake news en Latinus. Es lo malo de querer ser como Kapuscinski y no como Alazraki y los paleros de Alazraki.
Neciamente, Assange se puso a tiro de los emisarios del Tío Sam al difundir información que demostraba la vocación gringa por meterse e incidir de mala manera en los destinos de muchos países, con tal de defender sus intereses imperialistas. Ya se sabe, el imperio contraataca.
Bueno, a través de WikiLeaks se supo cómo los gringos contribuyeron a la guerra sucia contra López Obrador y la manera en que se sirvieron de personajes como la dotora Denise Dresser que le sirvieron para ejercer su viejo macartismo, entre otras revelaciones. Qué necesidad, diría mi Juanga, de abrir esas puertas negras que estaban cerradas con tres candados, en lugar de hacer como Loret, un periodismo golpeador, falso y retorcido al servicio de gente tan demócrata como Roberto Madrazo.
Julian está libre después de tantos laberínticos pesares en nombre de la auténtica libertad de expresión y hoy, para llegar a su destino, tiene que tomar una ruta que pasa por Tres Marías, Ciudad Mante, el Bolsón de Mapimí, hasta llegar a la tierra prometida de los canguros. No sin antes tener la obligación de declararse culpable. Al final del recorrido tan intrincado, podrá decir como Galileo Galilei: y sin embargo se mueve…
Es curioso que altos representantes mediáticos nacionales que ahora le muestran tanta solidaridad a Latinus, Brozo y Loret como víctimas triunfantes de la persecución de la dictadura macuspánica (todo mientras se ponen como la niña de El aro para satisfacer a la fanaticada derechaira) nunca hayan salido a exigir la libertad de Assange ni por equivocación. Ya lo de pedirles tantita transparencia entre tanta opacidad, mejor ni hablamos.
Esa mi fifisauriza, tan cerca del Trujillo tenebroso y tan lejos de WikiLeaks.
